Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo
Mirar para adelante es el mejor ejercicio que todos podemos hacer. Lo ocurrido es la realidad y solo queda entender –y esto es fundamental para todos, cualquiera sea la idea que tengamos- que estamos ante un país fundido, quebrado y sin nada para seguir repartiendo. Y es el sector político el primero que debería entenderlo y es el sector político, el primero que debería hacer el ejercicio democrático, de “bancar como sea” al presidente recientemente electo, por un alto porcentaje de los Argentinos.
Todos, deberíamos ponernos a disposición, empezando por funcionarios, por Ministerios, por el senado, por la legislatura, por los consejos deliberantes, por los municipios, gremios, sindicatos, empresarios, trabajadores, cualquiera que viva en este territorio, debería querer el bien del país, debería querer que el país funcione, que más allá de las ideas, quien comienza el gobierno, tuviera los caminos allanados para hacer todo lo que el Ministro de Economía actual, su gobierno, sus seguidores y todas sus ideas, no pudieron hacer, es más, solo lograron hundir al país, en el peor de los sitios.
En un país normal, con gente de bien, con ciudadanos de “buena leche”, con Argentinos que quieran el futuro de este país, el 10 de Diciembre deberían decir, “acá estamos, hagamos posible que esto funcione”. Será así? Lo dudo, es muy difícil que la enferma y patológica política y quienes la integran sean capaces de una mínima grandeza. Será difícil que gremios y sindicatos acostumbrados a quedarse con cuanto “botín” ande dando vueltas, quieran que sus laburantes, tengan trabajo, mejoren, progresen, porque tal vez si eso algún día ocurriera, no tendrían sentido ese verdadero “Cartel” que conforman quienes hacen de su vida, el trabajo de estar siempre “en contra de”, salvo claro, estos cuatro años donde los vimos en silencio, sin acciones, sin defender absolutamente a nadie, mientras sus propios representados, sufrían una de las peores inflaciones de la historia.
Después claro, están los ciudadanos de a pie, los mismos que quizás por ideas, por un discurso que siempre es “demagógico” se dejan “encantar” por el verso de la salud pública o de la educación pública, cuando los hospitales están destruidos, cuando no hay materiales, cuando vivimos una salud que cuesta conseguir insumos básicos, o una educación que muestra escuelas cerradas por frío, por falta de agua, porque se llueven, porque les regalan una nootebok y ni siquiera tienen luz. Ese país, es una mentira, porque en definitiva, la salud y la educación deben ser gratuitas para quienes no tienen con qué, pero debe ser de calidad, debe ser superior, no necesitamos universidades donde algunos jóvenes, pasen media vida intentando porque simplemente son gratuitas –que no lo son- y debamos entre todos, bancar eternos estudiantes que nunca llegarán a nada.
A esta altura de lo dicho, debo dejar muy claro, que hay muy poco de todo lo que ofrece el nuevo presidente que realmente me guste. Pero tengo también muy claro que quienes nos han traido hasta acá, son los responsables de tener un país parafraseando a Sabina “cerrado por derribo”, no podemos estar peor, por eso confiar en quien no conozco, por lejos es la mejor opción, ante tamaña incompetencia y tras la corrupta campaña electoral, dejando al desnudo que lo último que a Massa le puede interesar es el país, eso está muy claro, por eso no había dudas de que lado había que ponerse.
El 10 de Diciembre hay dos países posibles, con dos tipos de Argentinos posibles: los que crean que podemos ser un país mejor y los que crean que hay que hacer lo imposible para que sigamos siendo un país pobre, sin futuro y con todo el potencial para ser de los mejores, pero por una simple ideología, seguir siendo lo mediocre que hoy somos.
El 10 de Diciembre hay que empezar a elegir, que tipo de Argentino querés ser. Y sobre todo, comenzar a defender lo que nunca más, queremos seguir siendo.
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