Los “Niños”, no tienen la culpa

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Mucho se ha hablado de él en estos últimos tiempos, pero lo cierto es que hoy celebramos su día, aunque por lo visto ha elegido visitar solo algunas regiones y como todo Niño, dispuesto a las travesuras necesarias, vaya si lo dirán en La Plata, Mar del Plata, Capital o el Gran Buenos Aires, donde decidió caer de visita, pero con todas sus fuerzas, dejando viviendas anegadas, con calles propias de turbulentos ríos y desnudando una vez más, que nadie está lo suficientemente preparado para cuando el agua llega pero de manera violenta.

 

Y la travesura de los chicos no siempre pasa desapercibida, por eso “la Niña” parece no querer irse de otros lugares, basta con ver algunas imágenes del sur de la provincia, o en ciertos puntos de zonas muy productivas, donde tampoco nadie suele estar preparado para una intensa sequía, intensa porque lleva casi tres periodos y en lugares donde se produce a fuerte escala, es más fácil quedar expuesto que en otros donde la “defensiva” en agricultura y ganadería, suelen ser una forma de vida, porque en general quien produce, es un sobreviviente de las otras sequías, de las más fuertes, aunque no siempre esté bueno esto de comparar miserias.

 

Ni Niño ni Niña, en este día especial, parecen ser bien recibidos, porque en definitiva, lo único que hoy manda en la Argentina es que llueva bien, que aquellos que producen, lo puedan hacer con la máxima exigencia posible, porque si el productor hoy no logra estar en al menos un 80-90% de su eficiencia, se funde, es así de simple, salvo claro, que esté bendecido por muchísimas hectáreas, que sus ingresos provengan de otro lado que no sea el propio campo, que su capital heredado sea lo suficientemente importante para darse el lujo de ser un simple “tenedor de patas” o un “paseador de tractores”, otro término no le cabe a todo aquel que hoy se de el lujo de estar debajo de un 80% de lo que su campo pueda producir.

 

Por eso estos días de turbulencia política extrema, dejan aún más expuesto el sistema productivo. Porque el mercado interno carece del poder adquisitivo para que un monstruo productivo como la Argentina, se quede con todo, en pocas palabras pretender autoabastecernos, es como comprarse un yate para navegar por el canal Maldonado, necesitamos imperiosamente que la exportación sea el objetivo y el mercado la consecuencia, es demasiada capacidad y posibilidad de generar divisas para el país, como para simplemente obsesionarse si el kilo de carne picada aumentó 100$ o si el grano de trigo que impacta un 5% o menos en el kilo de pan, es el verdadero problema de nuestra economía. Necesitamos urgente, gobiernos cerebrales, capaces de entender que el enorme problema de nuestro país, es político, es de ideas, es de rumbo, es todo menos económico, la economía, es solo la consecuencia de los años y años de incapaces que hemos tenido como gobernantes, no es un problema de economistas.

 

Lo cierto es que ellos están ahí, Niños esperando que nosotros hagamos las cosas de otra manera, para no estar tan pendientes de ellos. Claro que el clima es importante, en producción, es fundamental, pero si de clima se tratara, no habría un Israel siendo productivos con los mejores regantes del mundo, no existirían los feedlots en zonas cuasi desérticas en EE UU, el clima es solo un componente de la producción agropecuaria, pero aquí entre la ambición de un estado que se lleva todo, la pésima toma de decisiones a la hora de exportar y generar divisas, la enfermedad y obsesión de comernos todo porque lo producimos acá y es nuestro –como si el privado no existiera- y toda la parafernalia de un país enfermo, ponen al clima como al histórico Cesar que baja y sube el pulgar para que el productor subsista, gane, pierda o desaparezca y esa no es la verdad de este asunto.

 

Niña o Niño- y lo aclaro porque a lo sumo son Niños y los abarca a ambos- en su día, no son los más importantes, porque en realidad lo único importante son las ideas y aquí, no tienen sexo, son solo malas por decisión propia.

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