Cuanto más misterio, menos democracia

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“Veda electoral” reza el pedido, como quien entiende que no hay mucho por decir, cuando en definitiva, está casi todo dicho. Esta regulación tiene como marco la ley 19.945, que establece en su artículo 71 cuáles son las cosas no permitidas para poder hacer, decir o realizar en las horas previas y posteriores a las elecciones, una ley y artículos cuyo olor a naftalina, se huelen a la distancia.

 

Continuando con las definiciones, el espíritu de la misma es para “conceder un espacio de reflexión a los votantes en la antesala de su decisión, luego de haber escuchado durante un período de tiempo los proyectos que proponen todos los dirigentes que aspiran a ser electos en distintos cargos”, palabras más palabras menos, de eso se trata esta suerte de prohibición a realizar determinadas cuestiones, sobre todo dirigido a los partidos políticos, pero tras nuestro paso por algún régimen militar, hoy aún envueltos en una suerte de densa niebla que empaña la democracia cuando justamente son nuestros derechos los que reinan, más allá de las obligaciones.

 

Qué podemos decir cuando en definitiva la ley electoral atrasa por dónde se la mire? Qué podemos decir cuando todavía vemos imágenes de mulas en el medio de un sendero de montaña, allá por Jujuy trasladando urnas cuando en realidad debería darnos vergüenza que en el año 2023, con una tecnología propia de cualquier futurismo, tengamos todavía que estar eligiendo con un papel casi higiénico en forma de sabanas y ya no estén pidiendo disculpas, porque seguramente los resultados los conoceremos muchísimas horas después, más allá de que todavía luego resten semanas o meses hasta conocer el recuento definitivo y no tengamos resultados por porcentajes. Vergonzozo por donde se lo mire, atrasado como no puede ser peor aún, intrincado, rodeado de un halo corruptoso y lleno de ineficiencias, que nos pone en un lugar terriblemente incomodo, como ciudadanos, como votantes y como habitantes de un suelo, que dista de ser avanzado, civilizado y digno de un país del primer mundo, que claramente no somos.

 

Claro, dentro de las prohibiciones están las bebidas alcohólicas, esas que por ejemplo nos tienen cortitos si vamos a cenar con familia, pero que a nadie se le ocurriría poner una pipeta a la entrada de una escuela, no vaya a ser cosa que un votante a favor, se quede sin derechos, por haberse tomado un vinito en el almuerzo. Para recaudar si, para lo que no le conviene a la política, prohibamos el alcohol, no vaya a ser cuestión que un correligionario, equivoque su voto, más que nada por la cuestión que dicen, que los borrachos y los niños nunca mienten y tal vez a muchos les convenga, que más vale voto mentido que voto de verdad, pobre país en blanco y negro, que no logro superar las épocas de la pulpería, de las boletas ya en un sobre para que un pseudoesclavo vaya y vote –porque tal vez no sepa leer siquiera- o quien dice que haya sobres ya marcados, para que quien los toma, sea ya digno de cobrar su subsidio, por obediente y obsecuente.

 

Veda electoral, esa que todavía prohíbe las reuniones nocturnas, como si existiera una “masonería” que irá contra los votos de los rebeldes, marcando a sangre alguna puerta o quien sabe que poción maligna podrían disponer de aquellos insurgentes que osaran ir por la noche a un boliche o alguna reunión prohibida.

 

Cuánto atrasamos, cuán lejos estamos de ser un país en serio, más allá de la celebración que muchos ponderan de estar en democracia, cuando hoy por hoy, hablar de militares es seguir atrasando, cuando todos sabemos que ni siquiera podrían costearse el traje para el desfile, lejos estarían de cualquier rebelión que los congregue más allá de un acto por algún feriado.

 

Ojalá algún día, celebremos la democracia, la votación de elegir candidato por candidato y sobre todas las cosas, hacerlo libremente, desde casa, desde un celular y sin tanto misterio, ese que generalmente nos lleva a pensar, que no hay tantos deseos, de que las cosas sean tan claras.

 

 Deseos de democracia, esa donde la palabra “veda”, sea solo para los libros de historia.

Escribir comentario

Comentarios: 0