Es de Azopardo: La bióloga que protege a un ave de la que quedan pocas en el mundo

Lucía Martín es de Azopardo. Realiza un doctorado de Biología sobre el macá tobiano, especie exclusiva de Santa Cruz, que está en peligro de extinción. Se estima que sólo quedan 400 parejas reproductivas en el mundo. Busca su conservación junto a un equipo de profesionales.

La pasión de Lucía Martín, no es solo por los animales, sino “por todo lo vivo”. Lo descubrió a los 12 años, cuando dejó a un lado la idea de estudiar veterinaria y la reemplazó por la de ser bióloga.

 

A los 17 años se fue de Azopardo (pequeño pueblo  del distrito de Puan) donde nació, para estudiar en la UNS de Bahía Blanca. Dos años después decidió seguir sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), en donde se recibió de bióloga.

Ritual de cortejo del macá tobiano. Foto: Gonzalo Ignazi.

“Por suerte de chica descubrí que existía una carrera que estudiaba todo lo que tenía vida, no sólo animales, y las relaciones con el entorno, con el ambiente, y eso ¡me encantó! En ese momento decidí que, sin dudas, era lo que quería estudiar y hacer en mi vida”, contó.

 

Aquella niña amante de la naturaleza se convirtió finalmente en una profesional que hoy se capacita constantemente para conservar un ave en riesgo: el macá tobiano, especie exclusiva de Santa Cruz y en peligro de extinción.

 

“En 2014 terminé de cursar y empecé a buscar actividades para poner en práctica lo aprendido y que me dieran experiencia para acceder a alguna beca de investigación, que era lo que quería hacer una vez que me recibiera”, contó.

 Nidificación en las lagunas. Foto: Ugo Mellone.

En 2015 accedió a una pasantía no rentada en el Proyecto Macá Tobiano que le permitió adentrarse en el mundo de la conservación  durante un año.

 

Las actividades que realizó, junto a otros dos compañeros, estaban relacionadas con el control de una especie exótica invasora que es el Visón Americano, que comprende una de las principales amenazas para el macá. “La última instancia de la pasantía consistió en conocer al Proyecto Macá Tobiano desde adentro, lo que incluyó viajar a Santa Cruz y participar de forma voluntaria en este programa de conservación”, señaló.

Foto: Bobby Wilcox.

En el transcurso de la pasantía, surgió la idea de realizar un doctorado que tuviera como especies de estudio precisamente al macá tobiano y al macá plateado, una especie cercana pero que no se encuentra bajo ninguna categoría de peligro en cuanto a su conservación.

 

Si bien vive en La Plata viaja a Santa Cruz con bastante frecuencia justamente para investigar cómo preservar a este ave.

 

El macá tobiano es un ave acuática cuyo ciclo de vida transcurre en el agua, ya sea en las lagunas en donde reproduce o en los estuarios de Santa Cruz en donde pasa su período no reproductivo. 

Macá con su pichón. Foto: Bobby Wilcox.

Las lagunas que utiliza para nidificar y criar a sus pichones se encuentran sobre las mesetas santacruceñas, terrenos muy inhóspitos y prístinos. Por ello todo el equipo de trabajo realiza grandes esfuerzos para llegar hasta las lagunas en busca de macaes y sobre todo de colonias reproductivas.

 

"A algunas podemos llegar en vehículo luego de varias horas, pero a muchas otras el acceso es difícil hasta para llegar caminando. No son raras las caminatas de más de 20 km diarios", confió. "No obstante, para todos los que trabajamos allí, es esperanzador encontrar una colonia reproductiva y un placer cuidar de ellas para lograr que los pichones nazcan y puedan sobrevivir. Cada uno de ellos es sumamente valioso para una especie al borde de la extinción", dijo.

 

Aseguró que la satisfacción de ver a una especie tan hermosa y tan nuestra en esos paisajes infinitos, es mucho mayor que cualquier esfuerzo. “A Santa Cruz voy entre noviembre y mayo, época reproductiva del Macá Tobiano y período de mayor trabajo a campo. Como becaria doctoral tengo muchísimo de trabajo en terreno, que es lo que más me divierte, y otro tanto de oficina, que realizo en la sede de Aves Argentinas en capital", dijo.

 

"Las tareas que realizamos en el marco del Proyecto Macá Tobiano (alianza entre Aves Argentinas y Asociación Ambiente Sur), comprenden desde la mitigación de los efectos de las especies invasoras que depredan sobre el macá tobiano, como el visón americano, la trucha arcoíris y la gaviota cocinera, hasta el cuidado de las colonias reproductivas a través de los que llamamos Guardianes de Colonia. Gracias a esta actividad, que constituye una parte importante del trabajo en el Proyecto, el éxito que las parejas tienen para incubar y criar a sus pichones aumenta sustancialmente.

 

Martín comentó que el incluir en sus estudios también al Macá Plateado, le permitió desarrollar parte del trabajo en la zona de Puan. "Ahora vuelvo no sólo como una visita sino también a trabajar, lo que es muy grato”, confió.

 

Las principales amenazas para el macá tobiano

 

Trucha. La introducción de especies exóticas es una de las amenazas principales del macá tobiano. La trucha arcoíris, sembrada en lagos patagónicos con fines deportivos, genera cambios en las lagunas que el macá usa para reproducirse y compite por el alimento. 

 

Visón americano. Fue introducido con fines peleteros en Argentina. Distribuido por la Patagonia afecta a muchas especies nativas.

 

Gaviota cocinera. Si bien es una especie nativa, es otra amenaza para el macá . El aumento de basurales a cielo abierto ha hecho crecer sus poblaciones.

 

El cambio climático global también lo afecta.  El aumento de las temperaturas, deseca las lagunas que usa para alimentarse y reproducirse. El viento destruye los nidos sobre el agua. (La Nueva)

Escribir comentario

Comentarios: 0