¿Somos realmente libres?

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Es una pregunta que todos deberíamos hacernos. En un país que se debate en una carrera solo por poder, es difícil hablar de libertades. Sindicatos, piqueteros, punteros políticos, colectoras, fondo monetario, senadores y diputados procesados por la justicia, candidatos testimoniales, jueces comprobadamente corruptos, elecciones primarias dibujadas, listas sábanas, legisladores con viáticos ilimitados, etc, etc, etc. Esto es ser libres?

 

Cada uno haga el ejercicio que le guste, en lo que a mi respecta, esto no es ni por asomo lo que alguna vez imagine como democracia y mucho menos, como ciudadano libre de este mundo. El sistema político en la Argentina ha colapsado, es una suerte de Selección Nacional, que hace agua desde los dirigentes hasta el último de los botineros, prácticamente cada una de las cosas que hacemos como país, refleja un estado de crisis a los cuatro vientos.

 

Así sea en trigo, en carne, en ley de semillas, en eventos transgénicos, en la idea que tenemos sobre los supuestos agrotóxicos, en el uso indebido que hacemos de los fitosanitarios, en la resistencia a todos los productos, en agro, en veterinaria y donde fuere, brota el argentinismo a flor de piel.

 

Qué nos pasó? Que nos pasa? Porque seguimos el mismo camino sin torcer una coma? Porque no decimos basta cuando tenemos que decir basta. Por que nos acostumbramos a salvarnos como podemos, porque como en los deportes, solo somos arrestos individuales y cuando logramos armar equipos, estamos en lo más alto, sea en deporte, en empresas o en ideas.

 

Hemos creado un monstruo llamado conurbano y hemos decidido mantenerlo, como si aquel pacto de las provincias en el cual nació esta constitución nacional, hubiera quedado trunco, somos simples empleados de un sistema unitario, manteniendo millones de tipos que solo gastan, que se subsidian y que además, son los que definen quien podría ser el próximo presidente, gobernador y a la vez, adónde irá la mayor parte de los ingresos de la República, porque si de lo que ellos generan dependiera, serían directamente una enorme villa miseria.

 

Gobernadores aleccionados, intendentes alineados, coparticipaciones arregladas, todo funciona en desperfecto, no existe un equilibrio y todo el sistema, trabaja no para desarmarlo, sino para conformarlo, para que esos millones de tipos, estén conformes y voten a consecuencia, mientras el resto, solo decidimos una parte.

 

Es cierto, aquel 9 de Julio nos liberamos definitivamente del reinado español, pero fuimos condenados aquellos que vivimos en el interior, a un sistema unitario, perverso, corrupto y cuyos representantes provinciales, solo se subordinan al “partido” en cuestión, olvidando inclusive, quiénes le dieron su mandato y a qué provincia representan.

 

Por eso en Octubre cada 4 años, no celebramos la independencia luego reafirmada por aquel Congreso General Constituyente del primero de Mayo de 1853, simplemente renovamos nuestro sometimiento a una republiqueta que solo busca sostenerse otros cuatro años, a cómo de lugar. Unidos por el cambio, Frente para todos o como quieran llamarles, no respetarán, lo que el 9 de Julio se gestó y la idea por la cual, aquellos hombres llegaron a Tucumán. El resto, es historia y la actual, es la imagen de nuestra propia condena.

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