¿Reventar o resistir?

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

“Reventar o resistir, no existe otra manera de sobrellevar el día a día, cuando todo en este país, es un verdadero aquelarre”. Así comenzaste tu  columna de la semana pasada, Carlos, y no te equivocas. También siento esa sensación de orfandad y creo que también es lo que experimenta el ciudadano de a pie a medida que trata de salir adelante como sea.

 

No encontramos coherencia entre el decir y el hacer de quienes dicen representarnos no solo políticamente sino también gremialmente. No se les cae una sola idea original. Vienen repitiendo fórmulas de hace más de un siglo sin ningún resultado y, sin inmutarse, se declaran dueños de la nueva política. Lo único que saben es vivir de la política y de los gremios, sin pedir permiso a los que somos los aportantes consuetudinarios a través de los impuestos, tasas, cuotas gremiales y a la obra social.

 

Para colmo, hemos iniciado un año electoral. En cualquier país normal, maduro, sería un acto democrático más para los ciudadanos porque las políticas de Estado no se tocan y, de acuerdo al color partidario que gane, habría retoques en algunas variables. Todo seguiría normal, pues sólo cambiaría el inquilino o se mantendría el actual.

 

Sin embargo, en Argentina nada es así. Todo es un estado de guerra, donde los mandamases de los partidos políticos en puja son más parecidos a los generales de la Segunda Guerra Mundial que a ciudadanos interesados en la marcha del país. Los operadores políticos son partisanos que se venden al mejor postor; también hay quintas columnas entre los propios y ajenos haciendo mal con fuego amigo,  y los ciudadanos de a pie nos transformamos en rehenes de los bombazos de uno y otro lado, y los que seguimos pagando los costos de esta guerra, aun en la miseria.

 

El 10 de diciembre será el día de ocupación de la Casa Rosada y de parte de las bancas del Congreso. Todos los ocupantes, ganadores de la guerra, comenzarán a repartirse el botín y a pergeñar la odisea de los perdedores.

 

Las tropas y los lugartenientes vencidos empezarán a reunirse no sólo para lamerse las heridas sino también para  trazar un plan de “guerrilla democrática”, para hacer estallar minas debajo de cada ley, normativa y/o resolución que las tropas triunfantes traten de sacar.

 

Mientras tanto, los ciudadanos comenzamos la reconstrucción de lo roto por la contienda y a pagar los costes de una guerra despiadada. Los carteles de propaganda, las promesas de uno y otro bando, quedan en el olvido. El egoísmo continúa siendo moneda corriente en los vencedores y en los vencidos. Nosotros, los del pueblo, no somos más que carroña de esa banda de buitres que se enseñorea desde hace muchísimos años en nuestra Argentina y en forma bianual.

 

Edward Murrow señaló que una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos. La guerra de los lobos ha comenzado. Vuelvo al inicio de esta columna : ¿Reventar o resistir? ¿Qué papel ejerceremos esta vez?

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