Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo
Mi querida madre siempre nos recordaba ante algún comentario triunfalista y anticipado: “No hay que contar los pollos antes de nacer…”
Esta sabiduría no es patrimonio de mi recordada madre. El dicho se lo debemos al viejo sabio Esopo. Él escribió un relato de una jovencita que llevaba un jarrón de leche mientras contaba todo tipo de fantasías sobre lo que haría con el dinero de la venta de la leche. La joven planeaba comprar huevos, que eclosionarían en pollos, que iba a vender para poder comprarse un vestido. Atrapada en su fantasía, la mujer sacudió la cabeza olvidándose de que sobre ésta se balanceaba la jarra de leche. Terminó derramando todo el contenido de la jarra, y con esto sus sueños. Parece que su madre, que estaba cerca, le recordó esta sentencia que traspasó todos los tiempos.
Pero parece que hay muchos que no la tienen presente. Sobre todo los políticos y, en especial, el Gobierno, que se detiene a señalar que se “proyecta 140 millones de toneladas para la campaña agrícola 2018/2019” y que sería “la mayor de la historia de Argentina”, representando un 25% más en comparación a la campaña del último año.
Hablaron de una cosecha récord de trigo, casi cuando se conocía que en la madrugada del 7 de noviembre se habían producido heladas con epicentro en las Sierras de Tandil, hacia Benito Juárez y J. N. Fernández, con una duración de aproximadamente 4 ó 5 horas y con temperaturas mínimas de entre 3 y 4 grados bajo cero. Ese mismo día, el Panorama Agrícola Semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicaba que esas heladas “afectarían el potencial productivo de los lotes de trigo y cebada que se encuentran transitando etapas críticas de espigazón y llenado de grano”.
Es tal el afán de largar frases triunfalistas, que involucran en tal récord a la campaña de granos gruesos que recién se está implantando y hay meses por delante para su evolución hasta cosecha.
Para colmo, este dato optimista se lanzó en la 3° Jornada de Perspectivas Agrícolas, donde participaron referentes de la Secretaría de Agroindustria de la Nación. Incluso el subsecretario de Agricultura, Luis Urriza, destacó en ese ámbito que “estamos construyendo la confianza en la fiabilidad de los datos que el Estado Nacional aporta”, y por eso indicó que “estamos comprometidos con la verosimilitud técnica, con la metodología y mejorando los recursos para llevar a cabo las estimaciones ya que unificamos los criterios de publicación”.
Los dichos, que forman parte del acervo cultural de los pueblos, no se aprehenden en las Universidades, se conocen tomando contacto con la gente, con la Universidad de la Vida. Muchachos, hay que aprehender a leer la realidad, a auscultar lo que pasa en el seno de las producciones ya no sobrevolando los campos, sino pisando bosta y hablando con el productor. Cuando eso ocurra, se van a dar cuenta que “no hay que contar los pollos antes de nacer”.
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