Patriotismo cerrado hasta nuevo aviso

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Rara sensación, una suerte de vivir “masticando el freno” me atrapa sin casi darme cuenta. De repente la cabeza se para y te encontrás por un segundo, enroscado en tus propios pensamientos sin razones para el enojo, pero con bronca, con ganas de gritar fuerte y mandar todo ahí, si, al diablo para ponerlo decorosamente.

 

Es 25 de Mayo y en lugar de festejo, de orgullo, de alegría y de querer hincharte el pecho, lo único que se te inflama…es la garganta. Se te cruzan un centenar de preguntas, pero la que más se repite, es la de “por qué”? Si,  por qué nos pasa esto? Por qué maldita razón a dos años de aquel sueño de cambiar esta Argentina tengo la misma bronca que no se va, que no se pasa, que peor aún, sospecho no se me va a mejorar. Y entonces…nada. Más preguntas.

 

Claro los rumores de esta semana me pusieron a prueba de tolerancia. Una suerte de línea imaginaria que me lleva hasta un lugar donde el cartel indica, “hasta acá te banco”. Increíble no? Este es el límite, más no puedo, por más que yo quiera recordar, por más memoria que tenga de tiempos funestos, de humillaciones, de maltratos, pero principalmente, de corrupción y robos. Y entonces…eso es lo peor, las oportunidades perdidas y el saber, que salimos de ahí y preguntarme…para esto?

 

Estaba todo, la rueda en marcha, clima más, clima menos, el campo como siempre dejó todo en la cancha. Aumentó el área sembrada, subió el stock ganadero, arriba las exportaciones, más faena, trigo a reventar, cebada en crecimiento, soja “lo que de”, genética y tecnología a morir en la hacienda, girasol a pleno, maíz… siempre maíz. Pero claro, si todo eso no se acompaña con austeridad, si no se le agrega créditos, sino se le acomodan los impuestos, si no se agregan incentivos y si absolutamente todo se lo lleva la especulación, los empresarios y los que manejan el consumo…. entonces…nada.

 

Por eso, ya no se trata de que hayan sido rumores y que salvo la postergación a la baja de las retenciones a la soja, el resto seguramente no se toque. Pero la verdad, la única verdad es que seguimos hablando de lo mismo. Que sea quien sea, que se llame como se llame, a ninguno de estos muchachos que se ponen la banda presidencial –disculpen si voy perdiendo el respeto- se les cae una maldita idea. Siempre es lo mismo, siempre revuelven en el mismo tarro, siempre joden a los mismos y los de siempre, la siguen pasando bien.

 

Ya no hay cambio que valga, ya no se trata de buena onda, de hacer patria o como me lo quieran decorar. Indudablemente esta Argentina no está dispuesta a cambiar lo que hay que cambiar, romper los acomodos de siempre, destituir el emporio empresarial, el supermercadismo inflacionario, los bancos millonarios, la política del enriquecimiento, los jueces de la vida bacanal, el populismo de mierda y que la pongan los mismos infelices que la ponemos siempre.

 

Se acabó la semana de Mayo y el patriotismo se me fue de vacaciones. Acá no hay revolución, no hay fondo que nos salve, porque justamente, estamos en el peor de los fondos. Estamos en la Argentinidad al palo. Y si faltaba algo para que saquemos lo peor de todos nosotros, es la llegada de Sampaoli, su lista y el mundial que nos transforma.

 

Permitanme esta patinada de sábado por la noche. Pepe, vamos nomás, que el último como siempre, apague la luz. Vaya si me salió amarga la cebadura, pero más vale escupirlo, que seguir tragándomelo….

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