Sacudirnos de los que devoran a la Argentina

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

“La Argentina debería ser un país desarrollado, pero no lo es. ¿Por qué? Porque tres corporaciones se la fuman en pipa. Hablo de los empresarios prebendarios que le venden a la gente, a precio de oro, lo que afuera se consigue por monedas. Hablo de los que ruegan por más obra pública porque al parecer en la Argentina, sin el dinero de los contribuyentes, no se construye ni un nicho de cementerio". 

 

"Hablo de los sindicatos, que dicen defender los derechos de los trabajadores y que se comportan como “empresas”; digo empresas entre comillas, porque los sindicalistas, aunque ganan sumas incalculables, no invierten un peso de sus bolsillos y no asumen el menor riesgo. Y hablo, en fin, de los políticos, que con el canto de la “mejora distributiva”, le sustraen a cada trabajador, a través de los impuestos, el equivalente a la mitad de un año de trabajo. La Argentina no vive con estas corporaciones: vive para ellas. Por eso no es un país desarrollado”.

 

Este extenso párrafo pertenece al inicio de la Introducción del libro “La Argentina Devorada”, del economista José Luis Espert. Este es un libro que recomiendo leer porque, como dice el autor, “no es neutro”, pues “para eso están los periodistas militantes. O los que te venden gato por liebre: los economistas que revolotean alrededor de los políticos diciendo lo que es políticamente correcto, aunque económicamente hablando den vergüenza; los empresarios tautológicos que dicen que todo está bien hasta que todo está mal y comienzan a decir que todo está mal; los políticos que conforman un elenco estable que se va reciclando, reconvirtiendo y cambiando de piel para vivir siempre de tus impuestos sin hacer el esfuerzo que mover la lengua repitiendo frases vacías cuando le prenden la cámara de TV o el micrófono de una radio; y también los sindicalistas que, con el cuento de la defensa de los intereses de los trabajadores y los miles de millones de pesos que manejan de manera absolutamente discrecional, constituyen una nueva oligarquía con casos de corrupción, aprietes y asesinatos dignos de Al Capone”.

 

José Luis Espert no es oficialista y tampoco kirchnerista. Es un economista que desde hace muchos años viene sosteniendo que los grandes problemas argentinos son el gasto desmesurado del Estado y el proteccionismo de su comercio internacional.

 

Dicho esto, simplemente vayan a la librería, háganse una pequeña inversión, para que este libro les abra la cabeza y los saque de la zona de confort. Si queremos sacar a la Argentina del pantano en el que estamos es preciso comenzar a sacudirnos para desprendernos de todos los males que nos aquejan sin ningún tipo de eufemismos o hipocresías.  

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