Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo
Hace un par de semanas, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) presentó un nuevo conjunto de propuestas tituladas “El Campo y la Política III”, a los efectos de brindar herramientas para la construcción de políticas públicas a largo plazo, impulsando procesos de desarrollo local y arraigo familiar en todas las regiones productivas.
El propio presidente de Coninagro, Carlos Alberto Iannizzotto, señaló en el acto de presentación que “la economía debe estar al servicio de la política y orientada al bien común”, por eso desde esta entidad que representa a los productores cooperativistas denota a la economía social como generadora de capital social, que busca la plenitud de la dignidad de la persona, promover la vigencia de la justicia distributiva y social, proteger la propiedad, defender su trabajo, afianzar los vínculos familiares, fomentar alternativas de asociativismo, de consenso y de paz social.
Asimismo, se busca priorizar una política poblacional que evite las megaconcentraciones urbanas, impulsando procesos de desarrollo local y arraigo familiar en todas las regiones productivas, con la infraestructura necesaria.
En el camino de la prudencia, se promueve la previsibilidad a la vez que las políticas de Estado, porque el productor necesita escenarios medianamente estables para producir más y mejor.
Tampoco se soslaya el tema de la sustentabilidad y para ello, desde Coninagro, se conciben acciones sinérgicas y multidisciplinarias que parten desde la persona hacia el cuidado, defensa y respeto del ambiente, pues se concibe una sola y compleja crisis socioambiental.
Enfatiza el documento de la central gremial cooperativa en que la producción debe sostenerse en la infraestructura física nacional, y para ello se basa en tres pilares que tienen que sustentar una política rural en el tiempo: infraestructura hídrica, vial y energética.
Pero nada sería viable sin líneas de financiación de capital de trabajo y de capital de inversión que es preciso se adecuen a los ciclos productivos agrícolas anuales, como plurianuales, y según los ciclos ganaderos de cada especie.
Además de referir el documento de Coninagro a una política monetaria que promueva la producción y la industria local; la innovación y la implementación de tecnologías; y de fortalecer a las economías regionales ejercida por pequeños y medianos productores y PyMEs, fundamenta el trabajo para los jóvenes, el cambio intergeneracional y así dar futuro a la ruralidad.
Este documento vuelve a hacer honor a la tradición de esta entidad gremial cooperativa de enarbolar propuestas ante que protestas. Como señalé la semana pasada, es bueno que antes de levantar muros se construyan y se tiendan puentes para seguir avanzando hacia el desarrollo institucional, económico y social de nuestra Argentina.
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