Luego del receso, el TC del Sudoeste volvió a las pistas, en este caso en la ciudad
de Pigüé y el puanense fue gran protagonista al ubicarse en la segunda
y cuarta posición en las dos finales de la categoría.
Por Mauro González
Primera final
Después del sabor amargo que dejó la prueba anterior al receso, y cuando parecía que las opciones de continuar esperando la oportunidad de revertir su rendimientos se perdían, Juan Manuel Sosa reapareció en todo su esplendor para ser uno de los grandes animadores que entregó la 5ta competencia del año en el Autódromo “Ciudad de Pigüé”, donde el TC del Sudoeste concretó la apertura de la última parte del certamen.
Es que el viedmense, autor de la pole en la tarde del sábado, volvió a encontrarse con la tan ansiada victoria que sirve para recuperar en lo anímico. Pero no la tuvo sencilla, es que en prácticamente todo el desarrollo de la prueba fue Ezequiel Albero el gran candidato, hasta que a poco del final apareció una falla en su Dodge que lo terminó relegando en el clasificador, facilitando así la escalada de Sosa.
Ambos se cruzaron de entrada, es que la partida los puso a dirimir la primera colocación. Albero partió muy bien emparejando la línea de la Chevy N°3 por fuera y estirando la maniobra al tránsito por la primera variante, quedando la cuerda al momento de transitar por el descenso del tobogán y asegurándose así la primera colocación; en tanto que Sosa trataba de no descuidar la espalda ante el acecho de su coterráneo Ricardo Alzueta.
Bernardo Marcel era otro de los que se prendía en la pelea directa con un muy buen ritmo, tal es así que lograba dar cuenta de Alzueta en el segundo giro, con el Campeón Lobay prendido y expectante por la lucha que se daba delante. No había diferencias en un cerrado lote que lideraba Albero con Sosa con escolta, y con Marcel, Alzueta y Lobay pegados; a los que se les sumaba Hugo Ochoa con la Dodge, y Franco Tarantino de muy buen inicio al igual que Fermín Magallanes.
Antes de promediar la competencia el líder Albero empezó a escaparse de sus rivales mostrando un poco más de ritmo, pero de poco le sirvió ante el ingreso del Auto de Seguridad para neutralizar la prueba a raíz de un toque entre José Ignacio Furch y Rodrigo Avale. El relanzamiento no otorgó cambios en las posiciones, e incluso un par de metros le alcanzaron a Albero como para volver a tomar una escasa distancia con el resto de sus perseguidores.
Una gran actuación del puanense le permitió dar pelea en las dos finales.
Y cuando parecía que la prueba ingresaba en una meseta, las sorpresas iban a comenzar a caer. Porque en la pelea por subir al podio Marcel, Alzueta y Lobay concretaron una de las mejores maniobras del fin de semana al ingresar al tobogán prácticamente juntos, saltando el puanense al 3er puesto del clasificador con Alzueta 4to y con Marcel perdiendo terreno al sufrir inconvenientes en el motor, cuando estaba para meterse bien adelante.
Pero no todo iba a quedar ahí en esta primera final, porque Sosa pudo acortar peligrosamente la diferencia con Albero en la última parte y la Dodge blanca empezó a tener una falla cada vez más atenuante que conspiraba con su funcionamiento notablemente. Al mostrarse el cartel de último giro las diferencias desparecieron y Sosa fue en búsqueda de la punta metiéndose Lobay también en la puja por la victoria, ambos doblegaron a Albero antes de llegar a la curvón y entre ellos empezaron a dirimirse el triunfo.
Lobay amenazó a Sosa en el opuesto aunque sin chances claras, y terminó pegándose a la cola de la Chevy N°3 hasta el banderazo a cuadros que ponía fin a una carrera fantástica cargada de situaciones cambiantes e impredecibles hasta su cierre. De esta manera el experimentado Juan Manuel Sosa lograba reencontrarse con el triunfo y lo hacía en el momento justo revalidando sus créditos en la media del calendario, en tanto que Roberto Lobay volvía a mostrar su mejor carta al sumar excelentes puntos y sin guardar nada, mientras que Ricardo Alzueta encontraba el último escalón del podio para mantener vivas sus chances en el certamen.
Masticando bronca por ver escapar una gran oportunidad, Ezequiel Albero alcanzaba a terminar en el 4to puesto por delante de Hugo Ochoa, que volvía a sumar bien en su segunda carrera con este auto. En su mejor producción y mostrando un gran salto de competitividad, Franco Tarantino arribaba 6to por delante de Fermín Magallanes, de interesante rendimiento en su regreso a la divisional.
Después de partir desde el fondo, Néstor Heguy pudo avanzar hasta el 8vo lugar dejando atrás a Orlando Menéndez, el carhuense que volvió a meterse entre los diez mejores; mientras que Alberto Purón cerró el top ten en su primera carrera de la temporada, mejorando el ritmo con el correr de las vueltas.
Segunda final
Cuando parecía que la victoria en la primera final ya era una fija, Ezequiel Albero se quedó con las manos vacías y vio escapar una gran posibilidad. Sin embargo la final restante le dio la revancha al pigüense y pudo sacarse toda la bronca de encima, dándole rienda suelta al festejo de todo su equipo.
El viedmense Hugo Ochoa tenía el privilegio de partir desde el mejor cajón gracias a la inversión de la grilla y acompañado en la primera hilera por Albero, con quien entabló un duelo de Dodge’s al momento del inicio. El pigüense movió mejor que Ochoa en los primeros metros y pudo dar saltar a la vanguardia al tránsito por la primera variante, metiéndose en el 3er puesto Ricardo Alzueta dejando atrás a Roberto Lobay.
El Auto de Seguridad le ponía pausa a la carrera antes de cerrar la primera ronda tras el golpe que protagonizaban Orlando Menéndez con Federico Iuquelson, aunque el pibe de Rivera lograba retomar el camino y así mantenerse en pista con un auto bastante golpeado. Albero comandaba el lote que además integraban Ochoa, Alzueta, Lobay, Juan Manuel Sosa y Franco Tarantino, que se animaba a meterse en la pelea confirmando así su gran mejoría.
Nada cambió al momento del relanzamiento, porque Albero se afianzó en la vanguardia mientras que Ochoa pareció no contar con armas como para pelear de igual a igual con el líder. Eso le dio tranquilidad al pigüense, lo cual también le permitió imprimir un ritmo acorde como para mantener distancia sobre el resto, sin exigir además su medio mecánico.
Lobay continúa demostrando el nivel que lo llevó a quedarse con el 1 en la temporada anterior.
Poco más atrás Alzueta y Lobay no podían con Ochoa y eso se limitaba sus chances en función de buscar el avance, situación que aprovechaban Sosa y Tarantino junto a Fermín Magallanes, Néstor Heguy, Gastón Piazza y Bernardo Marcel (de gran avance tras partir último), quienes se sumaban a la pelea por entrar en zona de podio, porque así también lo permitía la competencia. Por momentos la fila india se transformaba en un abanico de máquinas, pero las chances concretas de superación parecían ser riesgosas en función de lo que se podía perder.
En las últimas vueltas, y con Albero desentendido de toda situación, Alzueta pareció impacientarse con Ochoa buscando la posibilidad de sorprenderlo en algún sector del trazado pigüense, pero el piloto de la Dodge N°5 apeló a todo su repertorio para mantener a raya a sus rivales a pesar de contar con el asedio constante de una decena de autos. Si bien la punta nunca corrió riesgos en manos de Albero, la gente se mantuvo en vilo por lo que podía darse en la pelea por las posiciones restantes.
Pero el tiempo y las vueltas se fueron consumiendo y nada varió sobre el epílogo. Albero consiguió un triunfo vital para para aumentar sus posibilidades en el certamen, en tanto que Hugo Ochoa rescató un podio en un fin de semana que por momentos pareció complicarse. Y Ricardo Alzueta terminó subiendo nuevamente al podio, sumando otra vez importantísimos puntos.
Roberto Lobay y Juan Manuel Sosa también alcanzaron una buena sumatoria de unidades al quedar en el 4to y 5to puesto respectivamente; llegando luego Bernardo Marcel, quien protagonizó una espectacular recuperación de 11 puestos a lo largo de la prueba. Fermín Magallanes, Néstor Heguy, Gastón Piazza y Héctor Barrenechea cerraron los diez primeros puestos del clasificador.
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