Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo
Ahora que estás en la Patagonia, yo te aconsejo que te cuides. Hace unos días me pregunto, ¿Estamos en el siglo XXI o vivimos un déjà vu del siglo XIX? Tanto insistir en que en nuestro país vivimos atrasando el reloj, parece que es real: volvieron los malones y los dinosaurios.
Carl Marx señaló que la historia se repite dos veces: primero como tragedia y después como farsa.
Carlos Di Fulvio retrató con fino trazo la tragedia del siglo XIX en su cantata “La conquista del Desierto”, cuando relata “Pasa el malón”: “Los estancieros durmiendo murieron. / Entre la “chusma” se vejan las viudas / Y un alarido en forma de niño /marcha cautivo entre el polvo hacia el toldo. / Mujen los toros, relinchan los potros, / tan solo queda un incendio total. / Al crucifijo le falta su Cristo. / Doña abundancia se fue de la estancia. / Solo el espanto se adueña del campo / porque hasta el pasto que crece, estremece /Cuando anochece con luna, florece / como un infierno en la pampa el malón”. Esto, repito, pasó en el siglo XIX.
Sin embargo, estamos en el siglo XXI y nos llega la noticia de que en la provincia de Chubut un grupo que se autodenomina Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), ocupa tierras privadas en el noroeste de ese territorio y viene llevando ataques contra residentes en la zona, incluso incendiando alguna vivienda o galpón con maquinarias.
También, en la semana pasada se conoció que en nuestro territorio vivió hace 95 millones de años el “Titán Patagónico”, el dinosaurio más grande que habitó la Tierra. Se estima que pesaba 80 toneladas, comparable a 14 elefantes africanos juntos. Y en la misma semana, otro enorme dinosaurio, pero esta vez vivo –como diría Susana Giménez-, apareció en La Rioja con deseos de perpetuidad y desafiando a la Justicia.
En los dos casos, más allá de estar violando o desafiando las leyes, nos encontramos con la segunda premisa de Marx: la historia se vuelve a repetir, pero esta vez como farsa.
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