Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo
Y llegó agosto, el mes de los vientos y el que acuna a efemérides que tienen relación con el campo. El próximo martes 6, se celebra el día del Médico Veterinario y del Ingeniero Agrónomo, recordando el dictado de los primeros estudios agrícolas y veterinarios en el Instituto “Santa Catalina” de Lomas de Zamora en 1883.
Días después, el lunes 12, es el día del Cooperativismo Agropecuario, debido a que, en esa fecha, pero de 1900, se fundó la Cooperativa “Lucienville” de Basabilbaso, en Entre Ríos, la primera en su tipo que perdura tras 124 años de actividad.
Y, el miércoles 14, la celebración del día del Cerealista, en recordación del primer embarque de trigo realizado en 1878 rumbo a Escocia, y que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires comenzó a conmemorar estableciendo un día en el año para hacer un alto en las labores habituales para estrechar relaciones y fomentar la amistad y camaradería entre los diferentes actores de la cadena de granos.
El campo tiene la magia de concentrar simbólicamente en este mes de agosto algo más que simples efemérides, porque detrás de cada celebración hay protagonistas; existen hombres y mujeres que han sido, son y serán, intérpretes de la realidad cotidiana de producir, industrializar y llevar los alimentos a millones de personas, además de producir energía renovable a través de la transformación de algunos granos y especies vegetales en combustible.
Ellos son los que, desde los orígenes de la agricultura y la ganadería, sienten la pasión de innovar y producir, convirtiendo la producción agropecuaria en una revolucionaria maquinaria que diariamente nos asombra.
Tampoco esta actividad que se inicia a cielo abierto está exenta de inconvenientes. Los hay, producto de la voracidad de un Estado que es socio en las buenas, pero no en las malas; y en la naturaleza.
Y cuando hablamos de problemas provenientes de la naturaleza nos encontramos con plagas y con inconvenientes climáticos. De estos últimos, más allá de las heladas tardías, sequías e inundaciones, hay un fenómeno que tiene mucho que ver con el cierre de este emblemático mes de agosto: la Tormenta de Santa Rosa de Lima, un importante temporal que suele presentarse cuando las primeras masas de aire caliente chocan con los frentes fríos del invierno y que afectan muy especialmente a nuestro país, cinco días antes de que finalice agosto o en los primeros cinco días de septiembre.
Se trata de una de las tormentas más populares, aunque hay años en que apenas se hace ver... Será que por eso y con sorna que algunos dicen que se puede presentar seis meses antes o seis meses después de agosto…
En fin, celebramos la llegada de agosto, un mes del que esperamos algún guiño pluviométrico que nos haga esperanzar en lo agronómico y en lo ganadero.
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