¡¡¡Gracias Carlitos!!!

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Confieso que hoy tenía unos deseos irrefrenables de escribir sobre la Cleptocracia que nos gobierna y que fue votada por una gran cantidad de argentinos faltos de memoria, desesperados por el bolsillo o a sabiendas de lo que elegían. También estaba en mi mira telescópica la falta de brújula y lo inútiles que son los funcionarios públicos nacionales y provinciales, encabezados por quienes forman parte del Poder Ejecutivo nacional y de nuestra provincia, para operar una crisis sanitaria como en la que estamos inmersos.

 

Sin embargo, y para beneplácito de los seguidores de un gobierno con claros rasgos de psicopatía, les comento que me voy a correr al otro wing… Hoy voy a hacer un homenaje a los 17 años de radio de mi querido amigo y colega Carlitos, que, como buen laburante, a su vocación de sanador de bichos y perros, un 1° de mayo de 2004, le agregó su afición al periodismo, una tendencia que ya venía incluida en su ADN, pues de un padre periodista de raza y de una mamá docente, también de raza, es imposible que el destino tuerza o desvíe tan profunda proclividad.

 

Hace 17 años, el 2004 fue bisiesto para el calendario gregoriano y también, para el horóscopo chino, el “Año del Mono”, enmarcado en los lemas “Yo entretengo” y “Soy lo inesperado”. Y vaya si no ha hecho y sigue haciendo honor a estas sentencias… Todos los domingos, en estas “Mañanas de Campo”, nos entretiene y forma opinión, además de presentarnos información de la buena, notas interesantes, convoca a panelistas de lujo, y nos hace emocionar con sus columnas que evocan la labor de sol a sol y en los 365 días del año del hombre de campo.

 

Y eso de “ser lo inesperado”, siempre tiene algo diferente para ofrecer. La monotonía está fuera de su radar, caso contario no sería un acuariano de ley…

 

¿Cómo nos conocimos? A fuerza de verdad, tenemos mucho que agradecer al kirchnerismo y a su vocación de conflicto. Yo a Carlitos lo venía viendo por televisión y escuchándolo por la radio. Me gustaban sus enfoques, la profundidad de sus comentarios. Pero fue el 2008 y la 125 lo que produjo el encuentro.

 

Por entonces, en Acaecer Radial, yo lanzaba diariamente furibundas columnas de opinión contra el empecinamiento, la obstinada decisión del gobierno kirchnerista de ir por el campo y por su gente. Nos conocimos y nos reconocimos enseguida en medio de esa vorágine de acontecimientos, cada uno valorando lo que hacía el otro. Luego vinieron los tiempos de Conciencia Interior, y la invitación que me hizo para integrar el equipo de Mañanas de Campo que estaba pergeñando para Radio Universal.  

 

Nos sorprendió que ambos cumpliéramos años el mismo día. Desde entonces lo considero a Carlitos mi mellizo. Nos tuvimos que acomodar cada uno a nuestra manera de ser y de hacer las cosas, aunque enseguida congeniamos. Somos espíritus libres, cada uno a su manera. Nuestros diálogos abiertos o silenciosos, donde la mirada lo dice todo; nuestras distintas maneras de enfocar una opinión nos han hecho crecer, madurar, y desarrollarnos. De su parte hay mucho desprendimiento, mucha generosidad, algo que no siempre se puede palpar en esta profesión.

 

Hoy, a 17 años y un día en que Carlitos inició esta carrera paralela a su vocación de Médico Veterinario, y cuyo profesionalismo la enriquece, me tomé el atrevimiento de intentar homenajear una trayectoria, a la que aún le queda un largo camino por transitar, a sabiendas de que la juventud aún no lo abandonó. Por eso, no exento de emoción te digo: ¡Muchas gracias, Carlitos, por estos 17 años de periodismo serio, responsable y, a la vez, entretenido e inesperado!

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