Días de radio

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

 

El pasado 27 de agosto se cumplieron cien años de la primera transmisión radial y, desde entonces, no ha habido otro medio de comunicación que la haya superado. La radio, mundialmente sigue siendo considerada el mejor y más completo medio de comunicación, porque es la transmisión más directa de la idea y la palabra que encontró el hombre.

 

Hace un siglo que los argentinos dejamos de estar menos solos, porque la radio nos viene acompañando con información, formación, cultura, música, y, además, dispone de un micrófono abierto para exponer opiniones, presentarnos en tiempo real y comunicar nuestros saberes y haceres en las antípodas del planeta.

 

La radio nos hace soñar, imaginar y nos transporta a lugares remotos, pero también nos permite reflexionar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro. Nos permite ser libres y dueños de buscar en el dial lo que nos atrae.

 

Los primeros equipos receptores, las radios de galena, que no tenían audífonos, eran costosos. Pero con el avance tecnológico, pronto se democratizó su llegada al seno de los hogares argentinos. A partir de allí, todo fue distinto. Fue y sigue siendo el centro de atracción de millones de personas. En la cocina, en el comedor, en la habitación, debajo de la almohada, en la oficina, en el tractor, en la cosechadora, en los corrales, en la cancha de fútbol, en las caminatas, en el running, en la playa, en el patio… siempre está presente la radio.

 

Aquellos que peinamos canas y qué decir de nuestros padres, la radio nos trasladó y nos hizo vibrar con sus radioteatros, sus fonoplateas con artistas de moda, con concursos escolares, y nuestra imaginación nos hizo poner rostro a aquellas voces de hombres y mujeres que, a través del micrófono, embelesaban con pulidas y guionadas palabras nuestros oídos.

 

Pero también, en mi niñez, hubo momentos en que nuestra vida tomaba un tono triste, monótono, cuando el Viernes Santo o cuando murió el Papa Juan XXIII sólo se pasaba música sacra por la radio, cortada por algún informativo, y nuestras madres nos perseguían con la cantinela de “hoy tenés que portarte bien”.

 

Y como en todo proceso de vida, la radio también fue creciendo, evolucionando en espontaneidad y sonidos, en tecnología, acompañando los cambios de época, con nuevas voces, nuevos programas. Y seguramente así será hacia el futuro.

 

Desde aquel momento en que “los locos de la azotea” comenzaron a utilizar la radio, los argentinos comenzamos a acercarnos y a conocernos mejor sin importar la geografía. Dejamos de ser seres solitarios. Eso fue hace un siglo, cuando soñábamos un país con futuro…   

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