De Darregueira, con la mira en la cumbre del Everest

El médico Gustavo Gorostiaga, amante del trekking y la aventura,

llegó hasta el campamento base, a 5.350 metros.

“Fue una experiencia fascinante que me gustaría repetir”, afirmó Gustavo Gorostiaga, el médico rosarino radicado en Darregueira (desde hace 6 años), quien recientemente cumplió su sueño de escalar  el Everest hasta su campamento base, a 5.350 metros de altura (la montaña tiene 8.848 metros y es la más alta del mundo).

 

El traumatólogo de la localidad, quien desde hace unos 10 años tiene por hobby realizar trekking y turismo aventura, vivió días intensos junto a otros 17 argentinos. La excursión contó con la guía y coordinación de una agencia de viajes.

“Cuando vivía en Rosario tenía un grupo con el que subíamos al menos una montaña por año. Estuvimos en Córdoba y en Mendoza y, más tarde, con un amigo subimos a la montaña San Francisco, en Catamarca”, contó.

 

Su gusto por la cordillera de los Andes fue creciendo y lo llevó a vivir nuevas experiencias, como visitar el lugar en el que se estrelló el avión que llevaba rugbiers uruguayos hacia Chile en 1972 (y dio lugar al libro y película Viven) . “Lo del Everest surgió porque un amigo de Rosario, con el que solíamos escalar, vio la publicidad de la excursión en una agencia de viajes y me mandó un WhatsApp, a modo de chicaneo, que decía ‘¿Vamos?’”, contó.

Gorostiaga, lejos de tomarlo en broma, empezó a averiguar en su agencia de confianza, encontró un buen precio y —en febrero de 2018— se anotó. 

 

Llegó a Katmandú —capital de Nepal— el  pasado 28 de marzo recorrió templos y monasterios y luego inició el ascenso que duró 10 días, hasta el campamento base del Everest, junto a otros 17 argentinos, de entre 23 y 73 años.

 

Aseguró que, si bien en el camino existen dificultades típicas de montaña, el sendero está muy bien marcado y no se dan los riesgos que sí se encuentran al superar esta altura, como el famoso sitio en el que ocurrió el reciente atasco que terminó con la vida de 11 personas.

 Gorostiaga opinó que este tipo de incidentes ocurre porque se congestionan los senderos porque la actividad es cada vez más importante y, dada la impronta comercial, a menudo, no se toman ciertos recaudos o se cometen imprudencias.

 

Indicó que es muy importante la hidratación y tener una buena aclimatación, ya que se recomienda no subir más de 600 metros por día.

 

“Durante el día las temperaturas rondaban los 10 grados y, por la noche, descendía. Entre el cuarto y el quinto día hubo algunas nevadas y por la madrugada, camino a una cumbre, Gorostiaga llegó a soportar temperaturas de -20ºC. Hubo días de caminatas de 7 u 8 horas y otras, de cuatro. 

Durante la travesía el grupo fue haciendo escala en parajes que contaban con habitaciones techadas y con sanitarios con agua caliente y  servicio de wifi.

 

El médico llevó una mochila de 50 litros en la que transportó agua, snaks y abrigos e impermeables, ya que las comidas estaban incluidas en la excursión. “El viaje fue fascinante. Descubrí una cultura muy diferente a la nuestra y vi paisajes increíbles que la cámara de fotos no alcanzan a captar”, dijo.

El médico destacó que desde su llegada a Darregueira mejoró su calidad de vida. Hoy está radicado en la localidad y construye una vivienda junto a su pareja Ana Carolina Rollhauser (mamá de Santiago Morettini), oriunda del pueblo, pero que vivía en Santa Rosa. (La Nueva)

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