¿Libres para qué?

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“Seamos libres, lo demás no importa nada” la frase célebre de nuestro mayor héroe de la patria, lamentablemente nunca fue comprendida por quienes piensan que no hay ni debe haber límite alguno para vivir dignamente en democracia. Para muchos, lo ocurrido ayer en Nuñez es tocar fondo, para una parte importante de la Argentina, es parte de nuestras libertades.

 

Qué nos pasó? Por qué en este proceso de cambio que muchos elegimos hace tres años atrás, no cambiamos nada? La respuesta seguramente pasará porque si no había un gradualismo no habría gobernabilidad, porque no se podía pasar a tener mano dura después de lo ocurrido años atrás, por los gremios, por los “K”, por nuestro pasado golpista, etc, etc. Yo pregunto: esto es gobernabilidad? No poder realizar una final entre dos clubes de fútbol, habla de nuestras enormes limitaciones a la hora de aplicar las normas generales de conducta.

 

Todo ha sido puesto en una gigante licuadora, donde se mezcla todo, la represión que es un simple acto de controlar a quien transgrede leyes, se ha convertido en una mala palabra, como que quien reprime, fuera el responsable de tener que limitar las conductas inadmisibles de la vida en sociedad.

 

Para muchos quizás lo ocurrido ayer es un hecho menor, o deportivo, pero la importancia pasa por no ver que la imagen hacia el mundo, habla por sí sola. El resultado es intrascendente, el hecho en sí, describe la anarquía absoluta de una sociedad que le ha perdido por completo el respeto a los poderes que dirigen una república, y el primer responsable de esta anarquía, es el gobierno, es quien ha dejado crecer esta enfermedad que hace unos 30 años viene colonizando todos nuestros ámbitos.

 

Hace siete años atrás, Steve Powell, miembro de la Federación de Hinchas de Inglaterra y Gales, visitó la Argentina y relató cómo se encarnó la lucha contra los hooligans. Por entonces, Powell destacó que a diferencia de lo que ocurre a nivel local, los barrabravas en Gran Bretaña no tenían vínculo con el poder político y destacó la relevancia para llevar a cabo "una integración social". A su vez, subrayó que fue más importante "la prevención" que "las penas" que se impusieron.

 

Las medidas de seguridad ayudaron a eliminar a los hooligans en Inglaterra pero no fueron la única medida y no pareciera que fuera una solución para la Argentina. Powell asegura que el factor fundamental para terminar con la violencia es “una verdadera justicia”. “El que está procesado no entra a la cancha” afirma. Claro, si las soluciones son la integración social, la prevención, una verdadera justicia y las hinchadas sin vínculos con el poder político, claramente lo nuestro no tiene cura.

 

Estamos denigrados al extremo, no alcanza la vergüenza para escondernos de nuestras propias miserias. Mentimos repetidamente, prometemos sin cumplir y cada una de nuestras acciones terminan siendo una señal de que no cambiamos nuestra propia esencia, nuestra cultura, nuestra educación.

 

Así las cosas donde ya ni siquiera podemos custodiar un colectivo en las calles, o la puerta de la quinta de Olivos y ojalá podamos hacerlo en la cumbre del G20. Todo será opinable, muchos buscarán responsables, pero hay algo claro que sigue a la vista: mientras no estemos dispuestos a cambiar en serio desde arriba hacia abajo, nada, absolutamente nada cambiará.

Escribir comentario

Comentarios: 0