¿Al gran pueblo argentino salud?

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

El pasado viernes se recordó otro aniversario de la Revolución de Mayo, punto de partida de la idea de patria y libertad.

 

Desde entonces han transcurrido 208 años, en los que fue desenvolviéndose la trama de nuestra historia, con avances y retrocesos, con tiempos de guerra y penurias y etapas de paz y de trabajo.

 

En esos años fue delineándose el rostro colectivo de los argentinos, ante sí mismos y frente a los demás pueblos, y se arraigó la conciencia de que a todos nos religa una comunidad de destino que viene del pasado, se refuerza en las preocupaciones del presente y se proyecta con firmeza hacia el porvenir. Precisamente por esto constituimos una Nación, sin necesidad de andar buscando explicaciones metafísicas al hecho cierto, contundente y real de sentirnos argentinos, en las buenas y en las malas.

 

En estos tiempos de apasionantes cambios y dificultades diversas, que presentan desafíos de envergadura, debemos reclamar de todos la máxima lucidez para no seguir en decadencia.

 

Una lectura del pasado nos muestra que muchas veces caímos en la tentación autoritaria que conculca libertades, derechos y garantías. En otras tantas toleramos o soportamos, por indiferencia o interés, la adulación de los demagogos, la dilapidación de los dineros públicos, regalos por votos y la corrupción. Hubo otros momentos en que mediante fraudes se burló la voluntad popular y juntos caminamos por la cornisa hacia un abismo de violencia que nos deshonraron como personas y como pueblo.

 

Sin embargo, no es menos cierto que en nuestro complejo pasado supimos elevarnos en el plano de la cultura y del trabajo. Hoy por hoy, ya no estoy seguro.

 

Necesitamos tener la audacia y el renunciamiento de aquellos próceres surgidos en Mayo de 1810 y que luego se multiplicaron para defender las ideas, el dogma de aquella revolución.

 

Simplemente dimensionen la audacia con estos simples números que nos aportan los historiadores. La geografía del entonces Virreinato del Río de la Plata abarcaba desde el Río Salado en la provincia de Buenos Aires y parte de Mendoza hacia el norte, sin considerar el Chaco, Formosa y el norte de Santa Fe. La población apenas superaba los 405 mil habitantes y las dos ciudades más importantes eran Buenos Aires y Córdoba con 92 mil y 60 mil habitantes, respectivamente.

 

Las expediciones militares que envía la Primera Junta para difundir y defender las ideas de la Revolución constan de 1.150 hombres que envían al norte; Manuel Belgrano parte al Paraguay con 200 hombres a los que se le suman algunos voluntarios de Entre Ríos y Corrientes; y San Martín, en el combate de San Lorenzo, en 1813, triunfa con sólo 120 hombres.

 

Las cifras parecen insignificantes y no dejaban de serlo para la época, pero es el potencial con que se contaba, fruto de un gran esfuerzo y de una osadía increíble.

 

No tengan dudas que a los argentinos del siglo XXI nos falta osadía, audacia, y sobre todo un ideal por el cual luchar. A pesar de las dificultades que tenemos, nos sentimos cómodos en nuestra zona de confort, sin advertir que el mundo cambia alrededor. De seguir así, el 25 de Mayo quedará como una anécdota, un cuento de hadas, y nosotros continuaremos cada vez más pobres, más ignorantes, sin esperanzas. ¿Al gran pueblo argentino salud?.

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