Pensar en las próximas generaciones

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Cuando leo que la dirigencia del Pro anda ya movilizándose para buscar la reelección presidencial y de la gobernadora, o que el peronismo anda reuniéndose por todos lados en busca de unidad, para relanzarse en 2019 en búsqueda de una mayor cuota de poder, me acuerdo de los conceptos del doctor Abel Albino: “hay que dejar de pensar en las próximas elecciones y empezar a pensar en las próximas generaciones”.

 

Nada más real. Los políticos siguen mirándose el ombligo, cuando su trabajo es resolver no solo los conflictos de la sociedad, sino también construir andamios y puentes para hacer surgir un país moderno y previsible, acorde a los tiempos por venir.

 

Al menos, el trabajo más urgente, sería el de juntarse para analizar, discutir, proponer y consensuar políticas de Estado que den certeza en el presente y en el futuro. Yo, al menos, y creo que miles y miles de ciudadanos argentinos estamos cansados de vivir a los saltos producto de “soluciones” pendulares, que lo único que hacen es traer incertidumbre.

 

El concepto es “consenso”, que significa “acuerdo o conformidad en algo de todas las personas que pertenecen a una colectividad”. ¿No puede haber consenso, al menos, en luchar contra la desnutrición, por ejemplo?

 

Les comento a los políticos, a los partidos que los agrupan, que cuando hablamos de la importancia de la educación a la hora de atenuar la pobreza y la exclusión para mejorar los índices de progreso y desarrollo, no se puede pasar por alto que nada podrán hacer las instituciones educativas si los niños que alcanzan la escolarización tienen ya sus potencialidades acotadas por dolorosas situaciones de desnutrición temprana que no fueron debida y oportunamente resueltas.

 

Para que no les produzca stress, le digo al variopinto arco político que en el tema desnutrición no tienen que pensar mucho, sólo consensuar junto a la Fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil), que lidera el doctor Abel Albino, y que es la que más trabajo de campo y estudio posee en esta materia, no sólo en nuestro país sino también en el extranjero, la manera de implementar un programa que ataque este flagelo desde la raíz, y que es preciso acompañar con agua corriente, cloacas, erradicación de casas-rancho, etc.

 

Para ello no hay que robar. Sencillamente hay que invertir el dinero de los contribuyentes en hacer de nuestro país un lugar inclusivo con servicios esenciales para todos los habitantes. Les recuerdo que desde hace más de 70 años los políticos se llenan la boca hablando de los pobres y de los necesitados y nunca han hecho demasiado como para mitigar esa infame categoría a la que tienen reducida una parte de la población.

 

Alguna vez Ortega y Gasset, cuando nos descubrió en nuestra manera de ser y hacer, nos alertó al decirnos: “Argentinos, a las cosas”. El modesto patriota Abel Albino, les sigue repitiendo a los políticos por igual en cada conferencia que piensen y actúen para las nuevas generaciones. 

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