Mascaritas de Carnaval

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Esta semana se adelantó el Carnaval. Algunos sindicalistas se empezaron a disfrazar, a buscar las mejores mascaritas, como para disimular el verdadero objetivo de la marcha: la defensa a los Moyano ante la embestida judicial.

 

La familia Moyano –si es que tiene las manos limpias- no tendría que sentirse ofendida ni pelearse con nadie o echar culpas al Gobierno. Simplemente, como haríamos los ciudadanos de bien, debería presentarse ante quien los está investigando y poner toda la documentación a disposición, demostrando que lo que se le imputa es fruto del trabajo y de operaciones legales.

 

Sin embargo, con cobardía y en defensa de sus privilegios, busca aliados hasta en sus “enemigos íntimos”, como para realizar una marcha que supuestamente tiene las banderas de estar en contra del ajuste, por los jubilados, los pobres, los despidos y una extensa lista.

 

Algunos colegas de los Moyano, que se han embarcado esta marcha, también se han sentido tocados porque creen que serán los próximos en ser convocados por la Justicia por los bienes que exhiben y que despiertan ciertas suspicacias en cuanto a su origen.

 

Mansiones, automóviles, viajes a sitios exóticos, yates, negocios del sindicato con empresas donde intervienen familiares directos de los sindicalistas, denotan una realidad insoslayable: muchos sindicalistas viven como reyes, como grandes empresarios, preocupados por conservar el poder que han sabido conseguir en base a aprietes y extorsiones. Tampoco se hacen cargo de que son parte del costo argentino.

 

Llenar la 9 de Julio el viernes 22 podrá ser un golpe de efecto, para el periodismo porteño y para el porteño al que le traban las posibilidades de transitar libremente por esa zona. Al Gobierno y al interior del país no le cambiará nada, porque la pregunta que nos deberíamos hacer es: ¿después de la marcha, qué? Todo seguirá su camino y, si la Justicia comienza a ponerse los pantalones largos y a no sentir temor, debería continuar las investigaciones y procesos sobre aquellos sindicalistas que tienen muchas cosas que explicar ante ella.

 

Hace bastante que la sociedad argentina, y ahora algunos jueces y hombres de gobierno, se han dado cuenta que las extorsiones, los paros, las marchas de estos sindicalistas feudales no son más que parte de los últimos carnavales que van a estar protagonizando… Yo les digo a los sindicalistas que como en el tango “Siga el corso”: “No finjas más la voz, abajo el antifaz”. Ya te conocemos Colombina…

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