Escuelas del siglo XIX en el XXI

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

“La educación es la principal herramienta con la que cuentan las sociedades para moldear el futuro”. El título y esta sentencia son de Santiago Bilinkis. Bilinkis, es un inquieto y visionario emprendedor, además de un comunicador de lo que vendrá. En uno de los capítulos de su libro “Pasaje al Futuro”, habla de la educación.

 

Señala que hace un tiempo encontró un video británico en internet, que contaba la historia de un hombre que se despierta en el mundo actual y no nota que toda ha cambiado: “hay edificios muy altos y transitan automóviles rarísimos a velocidades para él impensables. Asustado, entra en un edificio de oficinas. Ve salir papeles impresos de máquinas, personas conversando con pequeños aparatitos en sus manos, algunos hablan con “fotografías que se mueven” donde se ve personas al otro lado del mundo y otros que se aglutinan delante de unos “cuadros” llenos de números y letras. Huye espantado”.

 

“Hace un nuevo tramo por la calle y decide ingresar a un hospital. Adentro, encuentra gente que se mantiene viva gracias a estar conectadas a máquinas y aparatos que le permiten ver en detalle el interior del cuerpo humano. Aterrado, corre hacia la calle e ingresa en otro edificio, donde funciona una escuela. De repente siente un alivio enorme. Por fin, ve algo que le resulta completamente familiar. Tal como sucedía en la época en que se quedó dormido, ve un grupo de alumnos sentados ordenadamente en bancos, anotando en cuadernos lo que dicta un profesor desde el frente o lo que escribe sobre un pizarrón. ¡Están memorizando los ríos de Europa, tal como hizo él! Acá, en la escuela, todo es igual a su centenario recuerdo”.

 

Destaca Bilinkis que la historia ilustra una realidad obvia para todos: el mundo cambió mucho, la escuela casi nada. Los chicos que cursan actualmente la primaria, todos nacidos ya en el siglo XXI, reciben una educación esencialmente igual a la que recibieron sus padres, abuelos y bisabuelos. La escuela no cambia, pero los alumnos sí. Esto da por resultado un cóctel explosivo.

 

El propósito actual de la educación –acota Bilinkis- sigue siendo preparar a los jóvenes para el contexto que encontrarán en su vida adulta. El mundo cambia a un ritmo sin precedentes. Por eso, la educación hoy necesita tener un carácter anticipatorio. Debiera cambiar antes de que el mundo lo haga, no con cien o doscientos años de atraso.

 

La educación es la principal herramienta con la que cuentan las sociedades para moldear el futuro. Traer la educación al siglo XXI es uno de los proyectos más difíciles y prioritarios de este momento, concluye Santiago Bilinkis en la introducción al capítulo dedicado a la educación, oficiando de disparador a la discusión que nos debemos los argentinos para reformar el sistema actual, planeada y proactivamente.

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