El Museo Municipal Ignacio Balvidares (MIB) de Puan ha desarrollado a lo largo
del primer semestre de 2025 una nutrida agenda de actividades que reafirman
su rol como institución viva, creativa y comprometida con el territorio.

A través de propuestas culturales, educativas, comunitarias y de investigación, el museo continúa fortaleciendo su vínculo con la comunidad, resignificando el patrimonio y promoviendo la participación activa de públicos diversos.
Proyectos educativos que despiertan curiosidad y sentido de pertenencia.
Una de las propuestas más valoradas ha sido “El baúl de Nacho”, un proyecto itinerante que llevó materiales arqueológicos a las aulas de diferentes niveles educativos. Este año, el baúl visitó escuelas y jardines de Puan, López Lecube y Felipe Solá, logrando integrar de manera significativa los contenidos del museo con los proyectos pedagógicos de cada institución. Los estudiantes no solo observaron objetos, sino que también modelaron, escribieron, reflexionaron y compartieron sus descubrimientos con sus comunidades en muestras abiertas..
Además, se realizó una capacitación destinada a docentes sobre el uso y tratamiento de los símbolos nacionales en actos escolares. La jornada, dictada por Marcelo Castorina y Jorgelina Walter, especialistas en ceremonial, ofreció herramientas prácticas y teóricas para fortalecer el rol docente como transmisor de valores patrióticos e identitarios.
Se desarrolló la emotiva charla “Mujeres sin frontera”, en el mes de marzo, recuperando el rol de las mujeres durante la Campaña al Desierto.
Se celebró la visita del Lic. Manuel Belgrano, chozno del prócer, en el marco del mes de la Bandera, con charlas destinadas a todos los niveles educativos.
El arte como forma de memoria y expresión comunitaria.
Como parte de los talleres de vacaciones de invierno, se repitieron con gran convocatoria las experiencias “Joan Miró por un día”, donde niños y niñas recrearon obras de este artista desde una mirada lúdica, creativa y local.
Lectura, memoria y escritura: el museo como motor cultural.
La lectura y la escritura también encontraron su lugar en el museo. En articulación con la Biblioteca Bernardino Rivadavia, se presentó el libro “Hoy me convierto en chef” de Martita Castro, un recetario infantil que mezcla cocina, historias y afectos. La actividad incluyó cocina en vivo junto a niños y niñas, promoviendo la lectura, la creatividad y la participación familiar.
Asimismo, se lanzó la convocatoria para conformar una Biblioteca Virtual de Autores del Distrito, con el objetivo de visibilizar la producción literaria local. También se invitó a los vecinos a compartir relatos y textos inspirados en Villa Iris, recuperando la relación afectiva con los paisajes y las historias del territorio.
Dentro de la propuesta semanal “Crónica de otro tiempo”, el museo publica recortes y noticias antiguas del periódico El Puanense, generando diálogo intergeneracional y recuperando memorias a partir de documentos cotidianos del pasado.
Preservación del patrimonio y trabajo con investigadores.
El museo reafirmó su compromiso con la preservación del patrimonio documental e histórico. Este año se avanzó con la digitalización de fichas catastrales y documentación histórica en colaboración con investigadoras de la UBA, quienes trabajan en un proyecto sobre la participación de las mujeres en la campaña de Adolfo Alsina y su presencia en el territorio hasta mediados del siglo XX.
También se comenzó la digitalización de publicaciones locales del siglo XX, en alianza con el CEHIPE, garantizando el resguardo a largo plazo y el acceso público a estos materiales. Esta tarea se suma a los esfuerzos del museo por convertirse en un centro de consulta e investigación de la historia puanense.
El MIB también recibió con entusiasmo a estudiantes de arquitectura de la USAL, quienes visitaron el espacio como parte de su recorrido académico, con especial interés en el patrimonio urbanístico e histórico de la localidad.
Propuestas lúdicas y celebraciones comunitarias.
Durante las vacaciones de invierno, el museo desplegó una programación variada que incluyó muestras de coleccionistas, talleres artísticos. La muestra “El valor de la historia”, con colecciones privadas de monedas, billetes y cámaras fotográficas, fue una de las más visitadas y generó gran interés por el valor narrativo de los objetos cotidianos.
Además, se celebraron fechas especiales como el Día del Amigo, con una tarde de intercambio de figuritas del Mundial de Clubes FIFA 2025, experiencia que se repitió el domingo 3 de agosto como cierre de las vacaciones de invierno.
Conservación y puesta en valor del patrimonio tangible.
Este año se iniciaron las tareas de restauración y mantenimiento del Paseo del Carro, espacio icónico del ingreso a la localidad. Se están reemplazando piezas dañadas y aplicando tratamientos de conservación para asegurar la durabilidad de las maderas. Pronto se renovarán también los carteles identificatorios de los carruajes, fortaleciendo la propuesta interpretativa de este museo a cielo abierto, fruto del trabajo conjunto con los Amigos del MIB.
Agradecimientos y trabajo en red.
El museo desea agradecer especialmente a la familia de Carlos Castello Luro, primer director del MIB, por compartir una valiosa entrevista con su padre; a la profesora Fabiana Álvarez, por el aporte generoso de libros digitalizados de las localidades del distrito; y a todas las instituciones, artistas, vecinos, docentes, investigadores y familias que participaron activamente en las distintas actividades.
El museo como territorio vivo.
El Museo Ignacio Balvidares cierra este primer tramo del 2025 con más de veinte actividades realizadas, nuevos proyectos en marcha y una comunidad que lo siente propio. Seguiremos trabajando por un museo que conserve, enseñe, juegue, escuche, recuerde y cree junto a su gente.
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