El distrito cuenta con un nuevo bien cultural

El pasado 10 de noviembre en el marco del aniversario de la localidad de Bordenave y por iniciativa del área de Cultura, se hizo entrega de la Ordenanza por medio de la cual se declaró Bien Cultural

de Interés Municipal al edificio de la Casa de la Cultura.

El inmueble no sólo es un bien único en la localidad por su estilo arquitectónico, sino que, alberga una rica historia de uso y ocupación en diferentes épocas.

 

Compartimos a continuación el informe que el Arquitecto Roberto Rueda, sumó al proyecto de Ordenanza:

 

No existe registro de quién fue el artesano y/o firma comercial que diseñó el modelo de esta casa, probablemente haya sido encomendada a un artesano particular, aunque también existe la posibilidad de que haya formado parte del “catálogo” de algún fabricante de casas prefabricadas de la época.

 

Cabe destacar que este tipo de casas se las diseñaba de manera tal que sus componentes, partes o módulos pudieran ser transportados en barco y posteriormente en tren hasta su lugar de destino final.

 

Si bien esta casa no posee grandes atributos de diseño más allá del hecho de ser una casa prefabricada importada de Francia, en términos estéticos se puede destacar el “pane de bois” simplificado que forma parte del frente de la “falsa bohardillha” del techo que, en este caso particular, posee una “rejilla” de ventilación del “entretecho”.

 

Se destaca también la galería que recorre buena parte del exterior de la casa y los cielorrasos “artesonados” que, por lo que se puede apreciar en las fotos disponibles, estarían resueltos en placas modulares decorativas (artesonadas) rematados por molduras perimetrales del mismo tipo.

 

Seguidamente la historia de usos y ocupaciones

 

El edificio que hoy alberga la Casa de la Cultura y la Biblioteca Popular José Hernández de Bordenave cuenta con una rica historia estrechamente ligada a la familia Dupouy y a la comunidad local. Esta casa, una de las primeras construcciones del pueblo, fue traída prefabricada desde Francia entre los años 1906 y 1910. Con su estilo sencillo y funcional, típico de principios del siglo XX, la estructura de una sola planta destaca por su techo a cuatro aguas de chapas metálicas, que refleja un diseño práctico y resistente, adaptado a las condiciones climáticas de la región. Las paredes claras y las ventanas con postigos contrastantes le otorgan un aire tradicional, mientras que el jardín circundante contribuye a la atmósfera serena y conectada con la naturaleza.

 

A lo largo de su historia, este emblemático edificio ha cumplido diversos roles. Originalmente fue el hogar de la familia Dupouy, y más tarde, Héctor Dupouy lo utilizó como peluquería. Posteriormente, se convirtió en el primer jardín de infantes de la localidad, desempeñando un papel fundamental en la educación de los más pequeños, hasta que se construyó un nuevo edificio para tal fin. Tras ese periodo, la casa volvió a ser una vivienda familiar, hasta que las inundaciones afectaron gravemente su estructura.

 

En 1992, el edificio fue recuperado después de los daños sufridos por el agua. En ese momento, la familia Dupouy y la Comisión Directiva de la Casa de la Cultura firmaron un comodato mediante el cual la familia cedía gratuitamente el uso del inmueble para actividades culturales. Este acuerdo resultó fundamental para preservar la integridad histórica del edificio y convertirlo en un espacio destinado al fomento cultural en Bordenave. El comodato estipulaba que la Comisión Directiva gestionaría el inmueble mientras se siguieran realizando actividades educativas y culturales, con la condición de mantener su estructura original. La familia Dupouy, aunque cedía el uso, conservaba la titularidad del edificio, supervisando que no se hicieran modificaciones significativas sin su consentimiento.

 

En 1994, se inauguró en este espacio la Biblioteca Popular José Hernández, y desde entonces el edificio se ha consolidado como un pilar en la vida cultural de Bordenave, ofreciendo un lugar de encuentro y aprendizaje para toda la comunidad.

 

Finalmente, en julio de este año, tras décadas de trabajo conjunto y compromiso con la comunidad, se logró un hito trascendental: la escritura del inmueble fue transferida a nombre de la institución. Con este importante paso, la Casa de la Cultura y la Biblioteca Popular José Hernández pasó a ser oficialmente propietaria del edificio, asegurando su conservación y su legado cultural para las futuras generaciones de Bordenave.

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