En la mañana del domingo pasado, un productor rural, Carlos Amaya, cuyo campo está
en cercanías a La Reforma, halló 29 vacunos muertos, tres de ellos mutilados.
En el mismo predio, diez años atrás, en forma inexplicable se vació un tanque. “No fue por enfermedades, fue algo extraño, a mi señora le contaron que en estos días pasó algo similar en Quehué, es creer o reventar”.
La situación se conoció horas atrás, cuando la directora de radio municipal, Marta Lagos, entrevistó a Carlos y a su esposa Berta, quienes le contaron con pormenores el extraño suceso. El ruralista relató que “durante jueves y viernes estuve juntando animales y el sábado capamos terneros y señalamos. A la tardecita los solté para que pastaran”.
Además carnearon a un animal, y consumieron parte de esa carne en la cena. A la mañana siguiente, a eso de las 10 de la mañana, Carlos y su amigo Elisandro Valdez, salieron a recorrer el campo y sorpresivamente se encontraron con la situación.
Carlos Amaya dio detalles de cómo le impactó el hallazgo del episodio. “A unos dos kilómetros –del casco- hallamos a un animal muerto... caminamos un poco y otro, y un poco más allá había otros, en total y en pocos metros encontramos 29. Realmente quedamos sorprendidos. Me pregunté ¿Qué ha pasado acá?”, dijo el productor.
“También notamos algo raro: a tres les falta la quijada, es decir la carretilla y la lengua. Y el resto están hinchadas. Eran 27 vacas que estaban por parir en primavera y dos terneros. Todos estuvieron encerrados y los soltamos en la tarde”, agregó.
“El veterinario me dijo que la muerte de las vacas no tiene que ver con mancha ni carbunclo, y es así porque nosotros consumimos carnes de uno de esos animales que carneamos. Ahora estamos analizando el agua pero yo lo descarto, acá pasó algo raro”, sostuvo Carlos.
Antecedentes
En la charla con radio municipal el productor recordó que no es la primera vez que pasan cosas raras en su campo. “Hace diez años llenamos los dos tanques y me fui a 25 de Mayo, al otro día, cuando volví, encontré a uno totalmente vacío y el otro había rebalsado. Y también hallamos a dos vacas con las colas cortadas, entonces el veterinario nos dijo que era raro porque los cortes eran perfectos y no habían sangrado porque la herida estaba quemada (cauterizada). En ése momento no quise creer que pasó algo raro que no tiene explicación, pero ahora sí, es creer o reventar”, admitió. (La Arena)
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