Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo
La moneda está en el aire, no hay vuelta atrás para muchos. Septiembre y los interrogantes se amontonan a la hora de definir el futuro, pero el inmediato, el del mes que viene, porque en esta vorágine y bajo estas condiciones, pensar en mucho más allá, es directamente cosa de brujos.
Qué decir del clima? Estudiosos, seguidores, mapas, satélites, servicios nacionales, australianos, yankees, que es Niña, que es tardía, que no será, que vendrá neutra, lo cierto es que el clima ha hecho lo que siempre hizo, lo que vino, sin que tuviéramos a ciencia cierta más que la única mirada que desde el sudoeste podemos tener: defendernos, siempre defendernos, sin un segundo de relajo para una producción que miren como la miren, tendrá siempre sus limitaciones.
Milímetros, muy variados pero siempre pocos y esta vez la zona fue grande, porque ya no es Bajo Hondo, sino que puede ser Córdoba o hasta la cuenca, nadie se salvó salvando diferencia de costos, estructuras y rendimientos. Tocó mala y fue abarcativa y cuando la “frazada es corta”, los que siempre se quedan afuera del abrigo, son las zonas más difíciles, por eso nunca es bueno que le toque a todos.
La chicharrita fue sin dudas la más clara señal de que algo había cambiado, una vieja plaga que siempre estuvo “atrincherada” hacia el norte, llegó de la mano del clima y vino a traer igualdad para todos a la hora de los sufrimientos, poniendo ahora además en duda, los destinos de una próxima campaña que está lista para arrancar.
La fina está en observación, con todos mirando como Septiembre mutó a estación ventosa, dejando atrás un Agosto frío y helador, con un invierno que a más de uno, le quedó corto el almanaque a la hora de ponerse a sumar heladas, ganándole por goleada al espacio destinado a las lluvias que siempre solemos tener colgado en las paredes o heladera.
Interrogantes? Lleno, si habrá precios, si habrá calidad, si los rindes acompañan, si las heladas seguirán hasta convertirse en tardías, si habrá primavera que haga posible, llegar a buen puerto, pero no solo de cosecha, sino el de exportación que en definitiva, es el que deja billetes. Gruesa? Quien sabe, con mercados internacionales que siguen tirando para abajo.
La ganadería es un desconcierto de números, donde las cuentas van de atrás para adelante, al igual que la Agricultura y su mirada de “regenerativa” se mete de lleno en todos los planteos, no se trata de sustentabilidad, de medio ambiente, o de futuro de los suelos, se trata ni más ni menos que la gran carrera a ganar: la de los costos. Hoy hacer ganadería no es mirar rentabilidad, es saber producir con la menor inversión posible, hacer todo lo más sencillo posible y que las grandes obras e inversiones, queden para las grandes empresas, para el resto, el que no gasta poco pierde y el que gana, gana por márgenes de reducción de costos, no solo por eficiencia.
Mercado de consumo, destruido por bolsillos y mostrador, reservas forrajeras agotadas para la gran mayoría, feedlots que siempre supuestamente pierden y el criador, el último “orejón del tarro” cuando debería estar gozando de los valores de la Vaca China, ya muchos hace rato vendieron todo lo vendible y sin embargo hoy todavía vender un vientre, es poco menos que suplicar una cifra digna.
La moneda está en el aire dijimos, como la del peso, como la del dólar, también como la de los impuestos, esos que el gobierno intenta bajar a cualquier costo, mientras que todos “sangramos” sabiendo que tarde o temprano el avión que venía cayendo, un día tendrá que tocar suelo y en ese momento, sabremos definitivamente donde estamos.
Hagan juego señores, la bola está rodando y solo tendrán fichas los que arriesgan, los que sueñan y los que siempre hicieron las cosas, mirando hacia adelante. El resto, bueno el resto somos casi todos, a esperar que más que nunca el de arriba no se olvide de que en el fondo siempre lo hemos dicho, en el fondo, en el fondo Dios Es Argentino!!.
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