700 maneras de llegar

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Llegamos a las 700 ediciones de nuestras “Mañanas de Campo”. Aplauso para ustedes, los oyentes, que nos siguen domingo tras domingo desde aquella primera vez que, en otra radio, comenzamos a interactuar con los protagonistas del campo y la ciudad, porque no concebimos a uno sin el otro. Ambos son parte de una misma realidad.

 

Lejos en el tiempo quedaron aquellos nervios del primer programa donde presenté mi columna. Hoy, mirando desde la terraza temporal del edificio que domingo a domingo vamos construyendo, puedo afirmar que camino con más seguridad por el andamio de las opiniones, de las historias de vida y de la lectura de la realidad con la que deseamos llegar a todos los que nos escuchan.

 

Mi compromiso con ustedes, los oyentes, es que cada domingo no les alcance una columna más, sino una extensión de mi corazón y de mi opinión sobre temas que me preocupan y ocupan en el diario acontecer del país y de nuestro pago regional. Fueron 700 maneras de llegar a cada uno de ustedes.

 

De allí que les exponga una nueva opinión. En una semana estaremos votando en las PASO, para elegir entre los menos malos de algunas de las coaliciones que se presentan para las presidenciales, porque no hemos podido desterrar de entre nosotros el miedo al cambio que nos lleve hacia el futuro.

 

La supervivencia y el crecimiento en épocas de turbulencia y cambios veloces como la actual, exigen preocupación y ocupación por la excelencia. En tiempos normales, aún los mediocres pueden subsistir; en cambio, cuando se agudiza la crisis, sólo los que son capaces de adaptarse creativamente a las exigencias siempre renovadas, podrán subsistir y desarrollarse. Esto vale para todos. Para la sociedad en su conjunto, como así también para los políticos, sindicalistas y empresarios.

 

En esta época de depresión colectiva, de falta de rumbo, la contribución más importante es la adopción de iniciativas superadoras. Al menos debemos comenzar a ocuparnos de las tareas de mejoramiento de aquello que tenemos a nuestro alcance; señalando objetivos y trabajando por ellos.

 

Somos, necesariamente, protagonistas de nuestro destino. El próximo domingo -aunque sea votando al menos malo- es la oportunidad de demostrarlo. La democracia republicana necesita más neuronas y menos hormonas. Más trabajo y menos piquetes. Más esfuerzo y menos dádivas. Más uso de la imaginación para crear y no para destruir. Más aportes constructivos de las instituciones de la república y menos contubernios. Más líderes de acción y menos caudillos y señores feudales.

 

El próximo domingo -día electoral de las PASO- ya estaremos disfrutando de la edición 701 de nuestras “Mañanas de Campo”. Hagamos el compromiso de ser dignos. Participemos. Sepamos disfrutar del ejercicio de la democracia y recoger valiosos elementos de juicio y valor, para llevar el mejor de los ejemplos al seno de nuestras familias. La Patria -que somos todos- se lo agradeceremos.

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