Referentes

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Mientras la casta política se tira con el florero, saca a relucir carpetas que incomodan y hasta se putean en los pasillos de los canales de televisión, en los ómnibus de esta querida Bahía Blanca hay jóvenes que marcan la diferencia.

 

¿Qué tiene que ver lo que hacen los políticos y las actitudes de ciertos jóvenes bahienses? Que los primeros tendrían que ser un ejemplo para emular en cuanto a convivencia política y destacarse uno del otro por las propuestas y no por las hormonas que desean mostrar. ¡Y eso que estamos hablando de las PASO y no de la elección presidencial!

 

Desde que volví a tomar un ómnibus de línea hasta las oficinas donde trabajo -de ello hace más de un año y medio-, por el horario pico nunca hay asientos disponibles; sin embargo, siempre hay personas jóvenes de uno u otro sexo que se levantan y gentilmente me ofrecen su lugar.

 

Seguramente, porque me vean como un hombre de una edad parecida a la de sus abuelos. Es posible que sea así, pero me he detenido a observar que esta actitud es en general con otras personas que tiene menos edad. Por supuesto que agradezco el gesto y, aunque sigo de pie, siento un íntimo orgullo no sólo por estos jóvenes sino también por sus padres porque la educación y el respeto deviene del aprendizaje que deja huella en el seno familiar.

 

Alguna vez he señalado en esta columna que tenemos ausencia de referentes. Un referente es aquel que nos señala cuál es la mejor forma de vivir, en armonía, con valores y principios sólidos. Por eso que, si encontramos gestos en el seno de la sociedad -tal el caso de ceder el asiento a una persona mayor en un ómnibus- me inclinan a destacar que aún quedan referentes y es preciso identificarlos; al igual que hay que empezar a separar la paja del trigo entre quienes se presentan en elecciones para representarnos.

 

No hay gestos ni propuestas claras en el Gobierno actual ni en buena parte de los candidatos oficialistas y opositores que ayuden a referenciarlos y mucho menos que sirvan de estímulo positivo para el resto de la sociedad. Es más, hoy por hoy, los encuestadores debaten por qué en la mayoría de los comicios provinciales ha habido tan baja participación de electores y si esta tendencia se daría tanto en las PASO y si pudiera alcanzar a la elección nacional de octubre.

 

La construcción de referentes es una tarea de todos. Debe venir del seno de la familia, en primer lugar, que debería ser el corazón palpitante de una sociedad nueva donde se valore el estímulo, y se proyecte en el trato cotidiano, en su manera de escoger a sus líderes. Debemos entender que los referentes iluminan con sus gestos, con sus acciones, y son parte de un aprendizaje primario que deviene de la cuna.

 

Saludar con un buen día en la parada del ómnibus a quienes no conocemos; ceder un asiento a una persona mayor; hablar con propiedad; sacarse el sombrero o la gorra cuando vamos a saludar a alguien, como lo vemos en el campo; es una señal de buena educación que se aprende desde niños y que queda para siempre. De nosotros depende que la República encuentre su rumbo. No será fácil, pero el germen está en el seno familiar y en la educación a secas, sin ideologías.        

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