Ilusionistas

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Cómo te imaginas la perfección? Esa palabra que muchas veces nos separa de lo que podríamos hacer, de lo que soñamos como máxima o lo que para muchos – errónea e injustamente- tildan de fracaso cuando no lo logran.

 

Hablar del mundo ganadero es ilusionismo puro y perdonen si voy a hablar de las vacas, ese mundo que me toca mucho más de cerca por profesión, por pasión y por gusto, pero no le saca los méritos a cualquiera de las producciones que podamos abarcar.

 

Ilusionismo dije? Vayamos a la definición fría y no siempre fácil de entender que nos puede mostrar algún diccionario, “es una práctica vincular, con una sólida tradición, que se apoya en procedimientos más o menos sistematizados para elaborar actos o rutinas o juegos. Es conveniente reflexionar sobre la naturaleza de las distintas etapas de producción orientadas a lograr un fin espectacular: lo inexplicable”

 

Si hay una producción que vincula y tiene sólidas tradiciones, la definición de ganadería no puede caerle mejor.

 

Basta con llegar hasta Palermo y ver entremezcladas las dos situaciones no pueden llenar al ilusionismo de más realidad. Es cierto, la Asociación de Angus es una entidad vinculante, pero si de tradición se trata, tras cumplir sus 100 años de vida, el peso de la historia no puede quedar afuera. Esta vez, la excusa es el aniversario n°80 de su Exposición de Otoño, cuya idea de refrescar las juras del año Centenario, volvió una vez a Palermo reeditando aquel momento del año 22. Y allí van, vincularse dice el diccionario? Matean, charlan, se juntan, almuerzan, cenan, trabajan en conjunto, competidores que a la hora de entremezclarse, demuestran que allí hay una única idea, hay único objetivo.

 

“Procedimientos más o menos sistematizados para elaborar actos, rutinas o juegos”, mejor definida una jura de clasificación en una raza, no puede caberle. Sin dudas para lograr un ternero, una vaca, un toro, existe un método comprobado, con estudio, con tecnología, con uso de herramientas, cuya rutina elaborada día tras día, es capaz de formar un Gran Campeón, que más allá de la cucarda –ahí es donde la definición de “juego” puede sostenerse- hay un claro camino que lleva a la producción de un alimento elemental, tradicional, único y querido por todos, llamado carne.

 

“Reflexionar sobre la naturaleza de las distintas etapas de producción orientadas a lograr un fin espectacular” vaya si lo tienen: comencé este editorial diciendo: cómo te imaginas la perfección? Justamente, eso es un criador produciendo. Sabías que cada animal posee datos de medición genético? Conocías que en el Adn se está midiendo cuán eficiente puede ser un animal en convertir alimento en carne? Pensaste que cuando un criador está dispuesto a buscar un mejor engrasamiento realiza cruzas de sangres durante 2-3 o más años en pos de su objetivo? Perfección dije? Puede ser que no se logre, pero año tras año ese ganadero buscará los datos, comprará un semen, seleccionará una ternera, buscará el camino de mil formas para lograrlo.

 

Por último la palabra que más nos diferencia a todos aquellos que estamos vinculados a la producción: lo inexplicable. Aquí en Palermo todos ríen, todos se estrechan en un abrazo, las manos siempre extendidas buscando un saludo, una charla, conversando de un negocio, pensando en el futuro, creyendo, sobre todo, construyendo. Ilusionismo puro, ese que permite en un país que en todo es un verdadero infierno, perderse en la capacidad de cada día, intentar ser mejores, con pasión, con conocimiento, con empuje.

 

Ilusionismo, el arte oculto de la ganadería argentina.

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