Pregunta con final abierto

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

A mediados de mayo, cuando leí la noticia, me impactó. El pueblo de Estela, una localidad del partido de Puan se vaciaba definitivamente porque sus dos únicos pobladores, se mudaban. Me impactó porque pueblo que muere es una tragedia no sólo demográfica sino también de memoria histórica y de porvenir que no se alcanza a dimensionar.

 

Esta noticia me hizo acordar al impactante prólogo del doctor Marcelo Sili en su libro “La Argentina Rural: De la crisis de la modernización agraria a la construcción de un nuevo paradigma de desarrollo de los territorios rurales”, editado en 2005. Dice así:

 

JUDICIAL – SE REMATA – SIN BASE – PUEBLO DE LA LLANURA…

 

“El Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la Ciudad del Progreso comunica que, por falta de rentabilidad y por resistencia a la modernidad, venderá en pública subasta el PUEBLO DE LA LLANURA, ubicado en algún lugar perdido en la vasta geografía rural de la Argentina, en block, en el estado en que se encuentra. El pueblo consta de una calle céntrica asfaltada, tres calles laterales de tierra, cinco calles transversales de tierra, 256 viviendas de las cuales más de 30 están completamente abandonadas y 150 cerradas, 1 escuela primaria con instalaciones para jardín de infantes, una Sociedad de Fomento, una sucursal de la Cooperativa Agrícola Ganadera, una sala médica y una biblioteca. Debido a que cuenta con una rica zona agrícola, con arroyos y paisajes naturales, el lugar es apto para el desalojo y siembra de soja. Además, cuenta con el siguiente inventario de personas y personalidades locales (incluidos en el remate): 210 habitantes, de los cuales se consignan 45 personas de menos de 15 años… 18 personas entre 15 y 30 años… 35 personas entre 30 y 50 años… y 112 personas de más de 50 años… Se incluyen las siguientes personalidades locales: Ramiro Antonio, presidente de la Sociedad de Fomento… Elvio Spadatore, encargado del almacén de la Cooperativa… Ana María Walter de Irazusta, directora de la Escuela… el Vasco Irazusta, mecánico del pueblo… Estela Rodríguez, enfermera de la sala médica… el Paisano Rodríguez, peón de la Estancia “Las Margaritas” desde hace 47 años. Se incluye además en la subasta las historias, los sueños y los deseos de los 210 habitantes…”.

 

Hasta acá este prólogo imaginario del doctor Marcelo Sili. ¿Imaginario? Ya hay muchos pueblos que hoy son tapera en el sudoeste bonaerense. Y así como vamos como país, con su carga de políticos y sindicalistas corruptos, descerebrados e inútiles, con instituciones de la República que no funcionan, con una economía desastrosa, sin consensos para armar un programa de desarrollo integral, y donde todos nos estamos mirando nuestro propio ombligo resistiéndonos a entrar en la modernidad, me pregunto y les pregunto: ¿Será éste el futuro real de nuestra Argentina, un territorio en subasta, un territorio sin futuro? Nosotros, los ciudadanos de a pie, ¿dejaremos que nos subasten nuestros sueños y el porvenir? La pregunta queda abierta…

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