Una gran familia

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Hay profesiones donde sólo basta mirarnos a los ojos, para saber que estamos en familia. Una de ellas es el periodismo y, si particularizamos un poco más, el periodismo agropecuario que agrupa ABOPA, la Asociación Bonaerense de Periodistas Agropecuarios.

 

El miércoles pasado estuve cenando -por gentileza de la firma Profertil- con un numeroso grupo de colegas encabezados por el periodista e ingeniero agrónomo Gerardo Gallo Candolo -presidente de ABOPA-, que, al día siguiente, visitaron la planta de producción de fertilizantes y el puerto local.

 

Si bien con algunos ya viene de años un vínculo personal y profesional que me permite señalarlos ante que colegas, amigos; a muchos no los conocía personalmente, aunque sí a través del grupo de Whatsapp o por seguirnos en las redes sociales. Me encontré con gente de Bolívar, Tres Arroyos, Balcarce, del INTA Hilario Ascasubi, Tandil, General Belgrano, entre otros puntos de la geografía bonaerense, y hasta de Entre Ríos. Nos pudimos reconocer con el famoso José “Negro” Casado, a quien sigo bastante en las redes. Como dije al inicio, nos fuimos reconociendo como una gran familia que comparte una vocación.

 

Acá me detengo, en la vocación. Tener vocación es sentirse llamado por algo. Se trata de una predisposición, de una atracción por algo. Son cosquilleos que sentimos, pero a los que le sumamos aptitudes y actitudes. Con algunos de estos queridos colegas hablamos de ello de manera natural, y así comenzamos a reconocernos. Con los que interactué sentí que afloraba curiosidad, el interés por lo que les rodea a nivel agropecuario, pero sin desinteresarse de lo macro, de ese mosaico irregular que es la realidad política, económica y social, que le da contexto y conforma el todo de un país como Argentina. Cada cual sabe que su oficio tiene la particularidad de ser incisivo, de ahondar y desmenuzar los hechos para sintetizarlos luego. Alguna vez alguien dijo que “un periodista necesita ejercitar el previo deseo de conocer, y en eso se asemeja a los filósofos, pero igualmente ha de sentir la necesidad de contar las cosas, y en eso se parece a los juglares”. Seguramente, en esta actividad llevada a cabo en Bahía Blanca, los colegas de ABOPA conocieron, pero también van a contar ampliamente en sus diferentes formatos, como juglares que son, lo que experimentaron y hablaron con sus anfitriones.

 

Vuelvo al inicio. Mirarnos a los ojos y reconocernos como una gran familia es algo que debemos valorar los que pertenecemos a ABOPA, porque nos une, por sobre todas las cosas, una vocación que nos impulsa día a día a ser fieles a nuestra profesión de periodistas agropecuarios.

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