Solo respira, la sensaciones del viaje

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Un alto en el camino, bajar, estirar las piernas y por un rato “respirar”, “solo respirar” repite la canción de fondo. No fumo, pero a veces me deja cierta envidia de aquellos que en esa “pitada” pierden la vista y viajan en el tiempo, como tantos amigos lo hacen, como tantos seres queridos lo han hecho y quizás con el humo, también se fueron sus alientos, pero ese momento sin dudas, estuvo lleno de vida.

 

“Ahí vamos” me digo y por un rato, el vidrio abierto de la ventanilla suele ser un regalo, no solo porque el viento te pega en la cara y te despierta, sino que te permite ese “pequeño vuelo” de imaginar, de recordar, de meditar en acción. Repaso el viaje y no podría haber sido mejor, no hay manera de querer cambiarlo, sin dudas, el recorrido fue perfecto, esa es la sensación.

 

Llegar a una meta del camino no siempre es sencillo, la cabeza juega su juego y es imposible no hacer la cuenta regresiva. Hubo momentos que se fueron rápido, no lo niego, entre el apuro de la juventud, el empuje de querer hacer las cosas –no siempre de la mejor manera- pero las pasiones a flor de piel, nunca las negué, siempre comandaron el viaje y seguramente, son de las sensaciones que más agradezco, porque más allá de que muchas veces las viví con cierto “ímpetu”, son las que me fueron forjando, las que de alguna manera fueron limando cuestiones del espíritu, ese que desde que tengo uso de razón, se obstinó en la rebeldía, en cierto –vamos a decirlo con todas las letras- cierto “reniegue” hacia todo, una suerte de ir muchas veces en contramano, algo que al día de hoy, emprendo con mucho más cautela.

 

Como todo viaje la compañía es fundamental y allí no he sido de los que llenan el vehículo por no andar solo, siempre selectivo, calmo y con prudencia, desde muy temprano tuve la suerte de rodearme de buena gente, esa es la descripción que podría resumir a mis compañeros de trayecto. En algún momento, fueron muchos “tutores”, esos que supieron ocupar el lugar de padre que me faltó, pero muchos otros aún me acompañan, son amigos de la vida, del viaje y si Dios quiere a estas alturas, seguirán de aquí en adelante, no hay uno solo que quiero que se baje.

 

Hablé de pasiones, no podría haber tenido mejores, con el campo siempre rondando en la cabeza, tal vez la profesión fue apenas un mapa para primero rodearme de muchos que venían de haber mamado el campo en primera persona, luego para entender definitivamente esa “naturaleza” que siempre me atrajo y por último, desembocarme en este mediático lugar, que me permite seguir metido más que nunca en sus entrañas, defenderlo, exponerlo y hacerle los honores, siempre- insisto- en primera persona, poniendo el cuerpo, las horas, los kilómetros, la cabeza, pero sobre todo el alma, esa que como en muchos de estos escritos, intento meter en una hoja y exponer cada semana.

 

Viajar es compartir, esa es la verdadera definición, aunque a veces viaje solo, porque ser parte de los lugares, es poder traerse un poco de cada lugar, de cada personaje conocido, es atesorar momentos para luego poder cargarlos en una valija que debe ser liviana, pero lo suficientemente grande para hacerle justicia a cada uno de esos terruños y vivencias visitadas.

 

Esta es sin lugar a dudas, mi rotonda más importante: es el cruce de caminos que por cantidad, invita a reflexionar, pero como ha sido mi “GPS” constante, me lleva a disfrutar el presente, este momento que no puedo dejar de agradecer, me brota todo el tiempo, me sorprende sonriendo una y otra vez, inundado de gratitud.

 

Acá vamos, dispuesto a recorrer los kilómetros que la vida me regale, con ventanilla bien abierta y ojos puestos al atardecer, con la tranquilidad de saber que hay un legado de mi sangre, que hay un amor presente y sobre todas las cosas, el sentir que las ganas, parecen crecer día a día, casi casi como si el viaje hasta ahora, apenas hubiera empezado.

 

“Solo respira” me repite la canción de fondo, apenas “50” son los “comparados” kilómetros  recorridos, pero me encuentran con ganas de mucho más, siento que aún el viaje está apenas iniciado. Sin velocidad, sin apuros y con muchas, pero muchas ganas, de seguir viajando. Solo respira…

 

(*) Inspirado en la canción interpretada por Willy Nelson, Just Breathe https://www.youtube.com/watch?v=ow-Cx9IX4So

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