La peor de las finales

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Llegamos hasta acá y nada parece diferente. Salvo las lluvias las cosas realmente no parecen tener ningún tipo de rumbo, o si, el fondo, el abismo o lo que se le parezca a cualquier situación límite con pocas posibilidades de salida.

 

De un lado, la única preocupación parece ser el Mundial de Fútbol, si la pelota es capaz de salvarnos, o como lo hemos hecho históricamente en nuestro país, si “alguien” fuera capaz de salvarnos, ayer el Diego, hoy el “Lio” pero lo cierto, es que son condenas a futuro, las alegrías de hoy serán sin lugar a dudas los dolores de cabeza del mañana. Por eso, no hay manera, no hay forma que el Mundial, pueda opacar semejante descalabro, por eso, para los de un lado –los que creen que ganar el mundial podría cambiar algo- y los del otro- los que le preocupa que la gente se enceguezca por la pelota- nada de eso ocurrirá, lo que está roto no hay forma de arreglarlo, ni con pelotas, ni con copas, ni con balcones, ni con alegrías transitorias. Está roto, punto.

 

Mientras tanto el derrumbe del trigo parece no tener final, la cuenta regresiva cae y cae, mientras que el gobierno una vez más aplica medidas jurídicamente peligrosas, postergando contratos y con letras chicas donde el “incumplimiento” podría estar dentro de las posibilidades, sumando así informalidad a un país que mucho no le cuesta darse vuelta y arrancar para otro lado. Preocupa la falta de empatía de toda la cadena con respecto al productor, al que invirtió, al que sembró, al que fertilizó, acá de lo único de lo que se habla, es si alcanza el trigo para el mercado interno, si la exportación tendrá que salir a comprar el trigo que falta, que si los viajes de los camiones, que los “tanteros” estarán en problemas y nadie, nadie está trabajando con medidas, con créditos, con algún tipo de herramienta que permita evaluar, cuál es el grado de quebrantos del único que hasta el momento, puso dólares y le devolverán tierra.

 

Dicho hasta el cansancio, la obsesión por el precio de la carne olvidando el futuro productivo, tarde o temprano, se sabe termina mal. Ya no hay número que alcance para graficar el quebranto de toda la cadena. Hoy un asado vale menos que un buen chocolate, una cuestión inaudita, donde lleva más de 8 meses el estancamiento en el precio de la hacienda en pie, donde hay quebrantos por 30 mil pesos por animal engordado bajo feed lot, donde en el fin de semana de comienzo del mundial, del ante último extralarge de año, en la previa del debut de Argentina, no hubo un solo frigorífico que pusiera un centavo de más, apostando a un mayor consumo, aunque sea por tres días, nada, absolutamente nada. Esa, es la más clara de las muestras de que la pelota no se mancha, no habrá mundial que cambie el ánimo de nadie, pero no el emocional, el de los bolsillos, el único que interesa a la hora de la cruda realidad.

 

Lo cierto es que tampoco desde nuestro sector, productores, dirigentes, entidades y quienes puedan, no hay una campaña masiva de concientización de esta grave situación. No hay un desnudo de realidades respecto a una sociedad que debería chocarse con una verdad severa: números contundentes y sencillos, como el que hace poco mostraba que una docena de medias lunas pesa un kilo y que si el precio del trigo es 60$, la docena de media lunas debería costar 20 pesos y cuesta 1200$!!!! O que el precio de la hacienda en pie con un rinde de 50% la carne tendríamos que pagarla 400$ sumando frigorífico y carnicería.

 

Las cosas pasan, es cierto, pero seguimos dormidos, seguimos esperando el momento, al igual que el gobierno, que espera la salvación de un mundial, de Lio o de la consagración. Nadie, absolutamente nadie va a salvarnos, porque nadie hará nada por nosotros, ni Qatar, ni la FIFA, ni la AFA, ni muchos menos, “los medios”, como a veces también desde el campo hablan de “no saber comunicar” cuando el problema directamente es “que no se hace ni se comunica nada que realmente impacte”.

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