Una alternativa exitosa

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Leí alguna vez que “el éxito es superar todas las expectativas y el fracaso, defraudarlas”. Los gobiernos que hemos tenido desde 1983 a la fecha, en general, han defraudado más que superar las expectativas. Dicho en buen romance, han fracasado.

 

Lo insólito de esto es que nunca han hecho un mea culpa. Al contrario, sin inmutarse, continúan acentuando sus fracasos, y marcando el nivel de nuestras vidas en un declive que parece no tener fin.

 

El ciudadano de a pie necesita visualizar claramente alguna alternativa valiosa. Lamentablemente, toda alternativa es confusa, como también lo son los que hoy están a cargo del poder, que viven cambiándose de lugar y peleando por el poder dentro del poder.

 

Sin embargo, no importa donde estén ubicados los protagonistas de la política, porque siempre están atravesando fronteras y corriendo los mojones cotidianamente, por lo tanto, la sociedad no sale de la confusión y de su inercia y el gobierno de turno aprovecha esa confusión que, por otra parte, cultiva y alienta.

 

Si bien la historia no es lineal y las épocas no se repiten, bueno es recurrir a ella para denotar que hubo un momento en nuestra historia, en el que el rosismo estaba agotado. Los que lo enfrentaron fueron capaces de presentarse, no sólo como anti rosistas, sino perfilarse con una alternativa diferente y mejor.

 

Desde 1930 nuestro país prueba y vuelve a probar recetas agotadas. Recetas que nos vienen llevando a la decadencia más absoluta y poniendo en peligro a las instituciones de la República. Es tiempo de que se ofrezca a los ciudadanos en general una fórmula distinta, no necesariamente novedosa, que dé resultados exitosos, sin ubicarse en los extremismos. La sociedad argentina necesita certezas y pacificación de ánimos. Necesita más inteligencia y participación. Menos hormonas y más neuronas.

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