Tramposos

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

El Gobierno se parece a la Torre de Babel. Desea alcanzar el cielo, pero como sus integrantes, además de no tener idea de cuál es su misión, no tienen un presidente que los guíe o sepa cuál es el camino que tienen que transitar, se transforma en una construcción inviable.

 

Hace algún tiempo creía que la coalición gobernante estaba constituida por un grupo de extraviados. Hoy, ya estoy convencido –y a los hechos me remito- de que además de ser extraviados y tramposos, algunos están borrachos y otros, desquiciados mal.

 

En el medio de este berenjenal estamos nosotros, el pueblo, que miramos el espectáculo de terror que ofrece este rejunte de políticos, dignos de ser retratados por el escritor chileno Joaquín Barañao, en un libro que debería llamarse “Historia Argentina Freak”, recordando que “freak”, del inglés, significa “extraño, anormal, estrafalario”.

 

Son embusteros, estafadores, campeones del zigzag si se trata de aparentar ser lo que no son. Son tan tramposos que siguen cazando ingenuos hablando de los “muchachos idealistas” de los ’70, que luchaban por un mundo mejor. También en sus filas hubo y sigue habiendo de los otros, los que en algún momento de esa década infame integraban las bandas armadas de derecha. El problema es que casi 50 años después espigan de su memoria selectiva las parcelas que pueden acomodar en la marquetería que inventan.

 

Ya me tienen cansado los adoradores de una doctrina que sólo tiene como fin el poder absoluto y considerar al Estado un botín personal.

 

Para exorcizar a esta manga de tramposos nada mejor que la educación. Sin embargo, fueron tan astutos –y nosotros tan dormidos- que están a punto de ganar la batalla cultural. Tenemos que despertar y volver a empezar. Obsesivamente, tenemos que preocuparnos y ocuparnos por educar la calle. A la mujer y al hombre común, al ciudadano de a pie.

 

La ardua tarea de elevar al común, siempre fue una empresa titánica. Lo enseña la física, subir demanda esfuerzo y bajar no. Dice un amigo: “Como objetos, bajar es grato; como sujetos, subir es empeñoso. Enfrentar la molicie del común fue siempre la tarea de estadistas esforzados”. Miremos a nuestro alrededor, busquemos estadistas en el pueblo y no en el fango de la política. Los necesitamos y, a la vez, debemos acompañarlos para recuperar la República.  

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