Recuerdos

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Era viernes 2 de abril. No me acuerdo en qué momento me enteré. Debe haber sido cuando ingresé a la sucursal de ACA, en el viejo edificio de Estomba 456. Tropas de desembarco de nuestro país habían tomado Puerto Stanley, enseguida bautizado “Puerto Argentino”. Me conmocionó la noticia. Primero, mi juvenil e inconsciente alegría; segundo, mi cabeza se pone en frío y pienso: “Los ingleses no lo dejarán así nomás. Habrá una guerra”. Enseguida pensé en mi primer hijo que venía en viaje. Nacería en agosto y en un año para la historia. Precisamente, el 5 de agosto venidero, Mariano cumplirá 40 años.

 

Pasa fugazmente por mi cabeza la imagen del ejemplar de La Nueva Provincia del día después, con las fotografías del querido y siempre recordado Osvaldo Zurlo, y las crónicas de otro recordado periodista que lo había acompañado, la de Salvador Osvaldo “Pichón” Fernández. Lo busco infructuosamente en mi atestada biblioteca y no lo encuentro. Debe estar atesorado en alguna de las innumerables carpetas que guardo en la baulera y revolver en ella podría atraer algún misil cordobés sobre mi cabeza.

 

Recuerdo también, que se solicitaba a la población no dejar filtrar luces en horas nocturnas por si aviones enemigos llegaban a incursionar sobre esta zona, donde estaban ubicados dos grandes enclaves militares e industrias.

 

Tampoco me olvido, ante el hundimiento del Crucero “General Belgrano”, los teletipos que llegaban a la sucursal de ACA preguntando por la suerte que habían corrido los hijos de algunos chacareros del norte santafesino que creían estaban embarcados en esa nave y mis viajes a la Base Naval de Puerto Belgrano para averiguar su paradero.

 

También recuerdo el anuncio de la rendición y del fin de la guerra, el regreso solapado ordenado por el gobierno de facto de nuestros soldados, marinos y miembros de la Fuerza Aérea, y el gran acto, bajo la organización del siempre recordado periodista Néstor Ángel Barbieri y con la colaboración de las Cooperativas Agropecuarias de la región, que se realizó en honor a los excombatientes, y del que participó el famoso Alberto Merlo, entre otras consagradas figuras del folklore nacional, regional y local.

 

Hoy, 40 años después, los recuerdos siguen estando presente, como también la emoción y la gratitud a quienes quedaron en las frías aguas del Atlántico Sur custodiando eternamente al Crucero “General Belgrano”, inmortalizado por cantor patagónico Saúl Huenchul; a los que quedaron en las islas irredentas; a los que no pudieron sobrevivir la posguerra y a los que sobrevivieron. Para mí todos son héroes. ¡Gloria y Honor para ellos!

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