Mi agradecimiento

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Cuando ingresé en la Asociación de Cooperativas Argentinas -de esto hace casi 43 años- me pregunté con la seguridad de quien ingresa a una gran empresa cooperativa si palpitaría el Centenario de esta institución. Los cálculos me daban que me jubilaría un año antes. La juventud y el deseo de tener un empleo estable y poder desarrollar una pasión, como el periodismo, y de la mano de un grande como Néstor Ángel Barbieri, motorizaron esa inconciencia.

 

Los sueños de este joven se cumplieron y con creces. No sólo el gran equipo de Comunicaciones, liderado por Soledad Ruvira, y que integro, me hizo participar activamente en algunos roles destacados previos al acto central en Pergamino, sino que me distinguieron para ser parte de él. Fue un verdadero honor y algo que a partir de entonces llevaré en mi corazón y en mi mente hasta el día en que de el último suspiro.

 

En estos casi 43 años de trabajo en ACA conocí e interactué con muchos productores agropecuarios, dirigentes y funcionarios de Cooperativas y de la propia organización. Acompañé desde 1980 a las Juventudes Agrarias Cooperativistas, generaciones de jóvenes que fueron poblando -a medida que fueron pasando los años- los consejos de administración de las entidades solidarias, del Grupo Cooperativo y de la Asociación.

 

Asimismo, este trabajo me permitió el privilegio de mantener una profunda amistad con hombres y mujeres que fueron o siguen siendo parte de este ecosistema que día a día se desarrolla constantemente. Así, quedaron en el recuerdo, pero me marcaron con sus enseñanzas, don Danilo Michelutti, los ingenieros agrónomos Hans Olsen y Rubén Miranda, el ex gerente de la Sucursal Bahía Blanca don Aníbal Luis Aliatta, el subgerente Mario Iriarte; muchos ex presidentes de ACA, a quienes había conocido en sus años juveniles y que dejaron su huella no sólo en las obras sino también en muchas personas. Y, por supuesto, a innumerables compañeros de trabajo, de los que he aprendido y sigo aprendiendo muchísimo día a día.

 

En fin, soy un colaborador agradecido por haber participado durante casi el 43 % de los 100 años de ACA, aportando mi pequeño grano de arena y donde he vivido situaciones delicadas, épocas de crisis y de bonanzas, como la actual.

 

Todo fue transitado con pertenencia, participando activa y profundamente comprometido. Aprendí que las empresas no tienen comprado el porvenir, tienen que merecerlo. Y que ahí tenemos que estar todos involucrados: directivos, funcionarios y personal. Eso enseña el cooperativismo. Nos señala un Norte, donde el poder de la palabra y de la unión son los vehículos para hacer de nuestra empresa cooperativa una fortaleza. Algo que añoro para mi querida República Argentina. Sería bueno que alguna una vez, los argentinos nos uniéramos y podamos sentir esta pertenencia y esta vocación de participación y compromiso, para hacer de nuestro país una tierra de porvenir merecido.

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Comentarios: 1
  • #1

    José Sebastian Martín (domingo, 20 febrero 2022 14:39)

    Un gran abrazo José Luis y el orgullo de haber compartido una parte de esos 43 años.