Demasiado

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Muchos dicen que la ficción jamás supera a la realidad y en la política argentina, eso se cumple a rajatablas. Las imágenes, las actitudes, las propuestas, el rumbo y gran parte de todo lo que hace nuestra clase dirigencial, no tiene límites, no hay ficción que supere semejante producción de disparates.

 

Nadie dice que fomentar el turismo, el deporte y la recreación sea criticable, el problema es el cuándo, el gran detalle es el momento. Las imágenes del presidente de la Nación atajando penales –en realidad como en la realidad, no atajó una…- mientras una provincia se incendia completamente, es el claro ejemplo de la irrealidad en la cual convive parte de la ciudadanía comparada con sus pares políticos. Es cierto, no es la primera vez que ocurren incendios –en el sur son habituales o también lo son en nuestra zona pampeana – pero la diferencia es que aquí existe uno de los recursos de fauna más importantes de todo el territorio, donde no se debería o no se podría dar la espalda, sabiendo que lo que allí se pierda, puede ser irrecuperable. Pero no, a ellos, poco les importa.

 

La campaña no descansa, por eso lo casi “bizarro” de las imágenes de Berni, con música épica trepado a un costado de un helicóptero, anunciando su “ida al frente de los fuegos”, como si fuera un superhéroe, como si fuera capaz de hacer algo, como si los gobernadores formaran parte de un país y alguna vez solidariamente, pudieran ponerse todos a disposición de otros, colaborando, enviando refuerzos, recursos, mancomunados en una causa tan importante, como lo es una reserva natural casi única en el mundo, pero nada, solo tener que soportar que un soldado fiel a la causa, un inútil consentido, sin sentido común, sin la más puta idea de nada como Cabandie, sea Ministro de una cartera que nunca debió ni comandar ni debería ser administrada por nadie que no tenga una visión exacta, de lo que significa el medio ambiente.

 

Nadie, absolutamente nadie está a la altura de las circunstancias, cuando pertenecemos a un país depredador de recursos, porque cada vez que la política decide ametrallar a impuestos a un sector productivo, cuando decide de mano de las retenciones extraerle su capital, cuando el único discurso existente es “ustedes tienen que poner”, difícilmente se pueda poseer equilibrio productivo. Por eso, justamente por eso, la provincia con el mayor recurso forestal del país, no posee no solo ni un solo avión hidrante de talla, sino que ni siquiera tiene un plan de fuego, porque no hay un solo productor que pueda asegurar la forestación, porque un estado parasitario está dispuesto a quedarse con todo y no hay nadie que pueda darse el lujo de apostar al futuro, cuando el presente te carcome cuál cáncer terminal.

 

No es de extrañar que nadie esté a la altura, por eso no existe ningún tipo de proyecto, para dotar a los bomberos del país con los recursos necesarios, por eso el mayor cuerpo de bomberos de la República, es voluntario, depende del esfuerzo de ciudadanos y particulares, porque no hay ni senadores, ni diputados que piensen en los demás, cuando lo más importante tarde o temprano, resultan ser su dietas, sus viáticos y todo el despilfarro, en una vida que nada tiene que ver con la que lleva el común de los ciudadanos, porque indefectiblemente, ellos viven en la ficción, superando a la realidad en riqueza, en ostentosos domicilios, en caros vehículos, en paradisíacas vacaciones.

 

Una última salvedad en todo este dislate que se vive en Corrientes: si es cierto que alguien osara a intencionalmente ocasionar algunos de los tantos focos inexplicables, si no cabe una silla eléctrica, por lo menos resignarse a una extradición por siempre de este país, ya que no cabe en ningún cerebro humano, tanta capacidad de odio, tal vez nacida, del propio discurso anti campo y productivo de la conducción actual. El destierro, sería una condena benévola, por no pasar por los peores males que pudiera yo desearle a tremendo monstruo mal nacido.

 

Hay una sola ficción que supera a la realidad: la que vivimos los ciudadanos creyendo que esto es un sistema democrático, donde el pueblo, tiene poder y voto, cuando claramente, somos serviles de un sistema corrupto, inepto e inservible. Porque en algún momento el fuego pasará y lo que quede, será el fruto de la mayor improvisación jamás vista, de la increíble irresponsabilidad dirigencial y principalmente, en la apatía de todos nosotros que jamás y ante absolutamente nada, somos incapaces de reaccionar y decir basta. Callar y joderse, uno de los grandes lemas que nos caracteriza como Nación.

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