¿Sobrevivir al presente?

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

En 2019, el emprendedor y tecnólogo argentino Santiago Bilinkis, publicó un libro denominado “Guía para sobrevivir al presente”. No voy a referirme a este libro que habla de una manera apasionante de desbloquear nuestra ingenuidad frente a los dispositivos, sino que utilizaré el título de la obra para intentar sobrevivir, en este caso, como ciudadano de a pie al presente que nos toca transitar en nuestra amada Argentina las 24 horas en los 365 días del año.

 

Nuestra Argentina duele. Tenemos el sistema resquebrajado por la impericia, la ignorancia, la corrupción, la incompetencia, el nepotismo, el clientelismo. El problema es que parece que a muchos compatriotas no los conmueve este estado de desidia total, de gobernantes que no saben dónde están parados y donde la alianza oficialista -esto no es novedad en el peronismo y todos lo “ismos” que surjan de él- le encanta que sus peleas egoístas y arteras se trasladen a todo el ámbito nacional, con los consecuentes daños colaterales para la sociedad en su conjunto.

 

Cuando no se tiene fijado un rumbo, el barco queda al garete. Estamos librados a una manga de ignorantes que no saben cómo se mueve el mundo real, y se creen mariposa cuando sólo son una oruga.

 

Vamos a los datos concretos. Hasta hoy domingo, la nueva democracia argentina lleva 38 años, 1 mes y 24 días. Esto equivale a 13.938 días de vida democrática, de los cuales el peronismo con sus variantes ha gobernado 9.699 días, es decir, el 70 % del total de días, donde ha habido privatizaciones, vuelta a la estatización, mandatos que han durado un día y una semana. Una bolsa de gatos en la que terminamos arañados los argentinos de a pie.

 

La oposición, contada como radicalismo, Alianza y Cambiemos, sólo fue gobierno por 4.239 días, es decir, el 30%; con la salvedad que sólo Cambiemos pudo terminar el mandato completo, porque Alfonsín y De la Rúa tuvieron que dimitir por presiones y/o conspiraciones, que no viene al caso ampliar ahora.  

 

Mis queridos compatriotas de a pie, no es suficiente con sobrevivir. Es inhumano cargar el peso del día a día con las múltiples renuncias, desprendimientos, que debimos y debemos hacer en este camino de 13.938 días de la nueva etapa democrática. Nuestro país necesita imperiosamente ser previsible, ordenado, inteligente, realizado en su esfuerzo. Sin embargo, parece que una gran mayoría ya ha tirado la toalla y comienza a acostumbrarse al fracaso y como nos recuerda el gran Discépolo, hoy ya a nadie le importa que el que conduzca el país “sea cura, colchonero, rey de bastos o polizón”.

 

Yo ya no quiero sobrevivir al presente, ¿y ustedes?

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