Recuperar la memoria

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Los momentos difíciles siempre desnudan realidades, en muchos casos tiene que ver con lo productivo, lo dicho muchas veces sobre todo en ganadería, donde pocas veces el ganadero entiende que su producción no es bovina, es pastoril, es de granos, es entender que poder alimentar a sus animales es el factor más importante en todo su esquema productivo. Por eso, la sequía, deja al desnudo lo endeble de muchos a la hora de entenderlo. Sin pasto, sin reservas, sin cultivos para mirar hacia adelante, no hay ganadería posible.

 

A la hora de los cultivos las cosas no son diferentes, nadie hace agricultura conservacionista por ideología, se trata simplemente de comprender la labilidad de los sistemas, la importancia de la directa a la hora de conservar toda la humedad, de bajar las temperaturas con cobertura, ver como los maíces en baja densidad siguen en pie, abriéndose caminos en el medio de escasos perfiles de suelo. No se trata de ir a menos, se trata de buscar un equilibrio, de poco nos sirven los grandes rindes cuando vamos por todo, si en las malas nos quedamos sin nada. El promedio, es siempre más importante que el “récord de vuelta” como suele decir un reconocido técnico de la zona.

 

La seca, no solo desnuda lo productivo, lo hace también con el gran pendiente de todo el sector, entender que no está excluido de la sociedad, que su participación no puede y no debe ser solo económico de aporte, hay algo mucho más importante que la simple producción en una sociedad, que si no conoce al campo, si no se interesa por el campo y si no aprende mínimamente de su importancia, jamás lo tendrá en cuenta y de ahí son hoy las grandes carencias que sufre el sector en cuestiones políticas y económicas.

 

Se habla hasta el cansancio del supuesto problema de “comunicación” del sector, cuando claramente no pasa por ahí. El problema del sector es no tener un peso político, una participación política-ciudadana, que lo lleve a que las decisiones de un gobierno, no pasen simplemente por “subimos retenciones” o “exportamos en dólares y pagamos en pesos”, o peor aún, la mayor cantidad de todo el territorio en kilómetros son de tierra y por ella, se comunican los valores que produce el sector, por ella se moviliza su gente, sin embargo, a ningún gobierno hasta hoy le interesa que el sector tenga asfalto, que tenga luz, comunicación o lo que fuera, porque en definitiva, el sector no pesa políticamente y eso, es un absurdo cuando paradójicamente el sector, es el que tiene el dinero para que el estado hoy sobreviva.

 

Por eso en cada sequía, nos acordamos de las retenciones, en cada momento que el sector está apretado, nos acordamos de salir a gritar los mil problemas que el sector tiene, nos acordamos de nuestra ausencia en los consejos deliberantes, en las cámaras, en el senado y fundamentalmente, en todo lo que gobierne la república argentina.

 

La emergencia agropecuaria, el pedido de desastre, la excensión impositiva y los mil parches que aparecen en estos tiempos, son una aspirina en un gran cáncer, llamado retenciones, que es el primer factor exclusivo de la producción, es apuntarle al corazón del capital, de la generación de trabajo, del mismo interior, por eso toda ayuda, todo subsidio, toda cortina de humo que hoy aparezca, debería ser rechazada de pleno. Pero no, estamos distraídos por los mercados, nublados por el precio del trigo o de la soja, borrachos de la vaca China, obnubilados por la cebada forrajera o los aceites de girasol. No podemos ni debemos seguir esperando desgracias para acordarnos, que sin un rol político del campo, sin la participación en la toma de decisiones, el campo siempre será un rehén del gobierno de turno, se llame como se llame.

 

Existen cientos de jóvenes de ateneos, de cooperativas, de rurales, etc, que deben ser lanzados como punta de lanza a ocupar los lugares que el campo imperiosamente debe ocupar. Porque habrá más secas, habrá inundaciones y tal vez, crisis de mercados. Y una vez más nos acordaremos, que las “entidades” no hacen nada y la paradoja de un agricultor simplemente será, “recogerás tu siembra”. Resultados a la vista.

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