Un horizonte, sin mediocres a la vista

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“La ganadería pierde cada día, más rentabilidad. En nuestra zona hay muchos ganaderos que poco a poco se fueron reconvirtiendo y se pasaron a la agricultura, donde son otros números. Es cierto, hay otros costos, pero nosotros estamos cada día más acotados”, dejó ver con una contundente realidad, Carlos Gabriel González. Para muchos, será un apellido más, pero lo cierto es que el hombre nacido en Macachín, La Pampa, acaba de ganar con un novillo, el World Steak Challenge en la categoría “Grass Fed” (animales criados a pasto). Este concurso se lleva a cabo en Dublín (Irlanda), donde todos los años se elige a los mejores cortes de carne del mundo.

 

Sin embargo, con semejante galardón, González desnuda una triste realidad: ser los mejores del mundo, implica en este rarísimo país, tener que pensar por momentos en cambiar la actividad. No suena por lo menos un poco loco? Bueno, eso es lo que provoca un Estado emperrado en que no seamos los mejores, a pesar de que lo somos porque nuestra impronta como ganaderos, nuestra genética bovina, nuestros conocimientos forrajeros, absolutamente todo, nos lleva a estar condenados al éxito, si es que cabe la triste frase, pero lo estamos, a pesar de un gobierno que una y otra vez, quiere que no seamos los mejores.

 

No hace falta demasiado para darse cuenta, esta misma semana mientras González y el frigorífico Azul Natural Beef-Devesa era anoticiado de semejante reconocimiento, nuestros funcionarios se desgarraban las vestiduras explicando que no deberíamos exportar más carne que en 2021, que el próximo año es necesario exportar menos, es decir, invertir un poco menos, empeorar un poco los bifes, no arriesgar tanto, consumir mucho más, porque en definitiva, lo único que importa es que la gente sea feliz, a cualquier costo. O sea, seamos lo más mediocres posibles, así logramos estar a la altura.

 

Obviamente que todo esto, lo digo con sorna, lo digo con el dolor más profundo de ver cómo en lugar de estar preocupados por crecer, por producir más, por generar más consumo, por superar exportaciones, por tener mil Gonzalez más, el mensaje es ir a menos, como con todo el resto. Frenamos la exportación de trigo, limitamos la exportación de maíz, sostenemos una industria láctea que puesta en aprietos en los últimos 20 años, va en camino año tras año a destruirse a sí misma. En el otro costado, subsidiamos todo lo que se pueda mantener sin que produzca un gramo, sumamos impuestos a quienes crecen, controlamos lo ya controlado, mientras que el resto vive libre de culpa y cargo.

 

Este año ha sido quizás el año donde más se notó, como un mercado que era internacionalmente reconocido, que durante años fue el horizonte a seguir por el país ganadero, se ha degradado de tal manera, que seguramente finalice con el menor encierre de hacienda vacuna de toda su historia, hablo del Mercado de Liniers. Intervenido tácitamente, con llamados de aprietes a compradores cuyo precio estuvo por encima de los valores pretendidos por el gobierno, casas consignatarias por primera vez en su historia con matrículas caídas de la noche a la mañana, no pudiendo operar, llamados a periodistas del mercado del interior, para averiguar cómo se mueven las ventas. Controles, más controles, más restricciones, más inhibiciones, pero lo que hay que hacer, lo que verdaderamente hay que controlar, no se toca. El estado, el gasto público, el cáncer político y toda su multimillonaria fortuna, ni se tocan, ni se corren.

 

Por eso hoy las ferias en el interior, tomaron vuelo. Este estado centralista, burocrático, no sabe que hay un mundo detrás de la maldita General Paz. Aquí hay gente de bien, laburantes, ganaderos que con 3 vacas viven el mes, productores que compran de a diez terneros y venden de a 4 gordos. Genuinos chacareros que forman la raíz de la raíz, que no hay sistema capaz de venir a voltear. Saben por qué? Porque habría que ponerse a laburar, porque habría que venir a ponerle la jeta, a un montón de gauchos, que saben muy bien estos cobardes de corbata, que si vienen, la van a pasar mal.

 

Hay una Argentina esperando salir de este país mediocre que nos proponen. Hay una Argentina que está en el campo y de allí, llegará todo el resurgimiento cuando la tormenta pase y esta gente deje poco por construir. Pero desde las raíces llegará el cambio y habrá sol en el horizonte. No lo digo por optimista, lo creo, porque los corruptos, los avaros, los miserables de valores, tarde o temprano, se terminan consumiendo entre sí mismos, y lo vamos viendo día tras día, de este patético gobierno.

 

Por eso quisiera cerrar para todos estos muchachos que viven en una mentira eterna, con una frase del Santo Tomás de Aquino. “La Raíz de la libertad se encuentra en la razón. No hay libertad sino en la verdad”.

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