Sobran ganas e ideas

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Innovación, carácter, espíritu de cambio, siempre para adelante. Seguramente en otros menesteres hay mucho por decir, de hecho para muchos la comparación “trabajo de campo y trabajo de ciudad” no debe hacerse, es cierto, medio mundo madruga, otros tal vez tienen además dos horas de tren, trabajos tan forzados como el que más, pero hoy quiero dedicarle unos minutos a toda la diferencia que suele hacer un sector, que más allá de los “mala leche” de siempre que hablan de especulación, hoy voy a hablar de un campo diferente.

 

La venta virtual de haciendas demostró la capacidad del sector ganadero de reinventarse a sí mismo, claro en momentos de mercado libre, de compras on-line y de un mundo que la pandemia puso contra las cuerdas en lo presencial, el campo dio cátedra, vendiendo no un simple televisor en cuotas con una cadena reconocida de electrodomésticos en la cual es no solo fácil confiar, sino además posee mil avales para sostener. Nada de eso, aquí se vendieron millones y millones de pesos, muchas veces con un simple teclado apretando un número y superando una oferta, con caras que tal vez el vendedor jamás vio en su vida y más allá de algún aval y un veraz a la pasada, no hubo más garantías. Sin embargo, allí fueron, vendiendo jaulas de vientres con genética, super toros reconocidos por millones. Nada, mil pesos más de un desconocido, y arriba que nos vamos.

 

Por eso, vale mencionar el ingenio, donde el próximo sábado, en una carpa en plena playa, un grupo de locos metedores, realizarán un remate con el martillero de espaldas al mar, virtualmente, pero físicamente instalados en un lugar inaudito para la venta de hacienda. Cada uno que piense lo que quiera, pero que hay imaginación, nadie lo duda.

 

El campo es innovación constante, todo en la agricultura parece viejo si tiene apenas un año más. Es una carrera casi armamentista la tecnología en el agro, donde lo único que pueden parar a nuestros farmers, son las limitaciones comerciales, ideológicas y muchas veces, estructuradas, que no saben ver el futuro como fácilmente lo imaginan muchos de estos agricultores que no dudan en comprar lo que haya que comprar para estar satelitalmente conectados con la última maleza de un potrero o como ahora, poniéndole el pecho a las balas sin dudar, cuando salió un trigo modificado genéticamente para tolerar la sequía, sin saber si quiera si era comerciable o no. Obviamente, salieron muchos a defender un mercado argentino posicionado, reconocido, etc, etc, pero quienes vinieron a patear las puertas de la superación, fueron los propios productores. Entonces, todos debieron unirse en defender una causa, y no limitarse a lo que podía ocurrir en una campaña, claramente hubo pocas mentes iluminadas y muchas cegadas por “no perder la quinta” cuando afuera en realidad, había un campo entero para seguir creciendo. Le guste a quien le guste, eso es innovación y nació acá, en Argentina.

 

Ya no es tan fácil sorprenderse cuando todos los días desde el campo se crean cosas, herramientas de uso cotidiano, donde los bidones se transforman en materiales, donde los nylon de silo bolsa pasan a ser desde la cobertura de un tanque hasta ver como con bolsas arpilleras, algún loco terminó armando bolsos de viajes y mochilas.

 

En serio no hay laburo en las ciudades? Realmente cuesta entender el pensamiento de muchos, es difícil aceptar que lo que han generado en la sociedad es un pensamiento negativo, retrógrado, indigno, con pocas metas, inhibidos de satisfacción, pobres, muy pobres pero de espíritu y de cabeza, porque el resto, está esperando siempre que alguien venga a reinventarlo. No hacen falta ni títulos, ni estudio, ni contactos: algo llamado ganas y motivación. Cuando gusten, el campo los espera, cosas para hacer, nos sobran!

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