Confundidos

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“Si no puedes convencerlos...confúndelos!” reza un viejo proverbio Chino. Tal vez sea la estrategia que ha decidido llevar adelante Julián Dominguez, o quizás es lo que el gobierno, ha pretendido desde siempre y nunca encontró en la tibieza de Basterra, la figura para lograrlo. El actual Ministro está absolutamente decidido a que en toda la polvareda levantada, se vea poco, ideal para que en el mientras tanto, el tiempo transcurra.

 

Las supuestas señales de acercamiento son luces luminosas, “queremos dejar señales claras”, “queremos dar previsibilidad”, “queremos acercarnos al sector”, son los fuegos de artificios lanzados, más allá de reuniones con los técnicos, el acercamiento a gobernadores, etc, etc.

 

Pero ni bien se despeja la neblina, aparecen los “administrar saldos exportables”, la presentación del Proyecto de Ley Agroindustrial al declarar “bien cultural a la producción de maíz, trigo y carne” con pomposos reconocimientos impositivos, etc, etc. y la lapidaria cifra de “no exportar más del 22-24% de lo producido”.

 

Sin dudas a esta altura, nadie cree absolutamente nada. Ni al gobierno, ni a Domínguez y muchísimo menos a un plan Agroindustrial, que el mismo Ministro como si faltara menos lo retitulo, Agrobioindustrial. “Shapo” señores, un verdadero artista de los artes ilusionistas.

 

Lo primero que echa por tierra cualquier ilusión es que la presentación del plan agroindustrial haya sido precedido por las siguientes palabras: "Por esas coincidencias de la historia, hace 72 años Perón presentaba el primer plan quinquenal para la Argentina". Dicho esto, cualquier intención de perder tiempo en su lectura, queda pura y exclusivamente a cuenta de quien tenga las ganas de hacerlo. No será mi caso. Nada que haya fracasado hace 72 años, puede hacernos mejorar en este momento.

 

Pero claro, la curiosidad mata al gato: el plan habla de beneficiar impositivamente el engorde, de créditos fiscales por uso de fertilizantes, de otros beneficios para la mejora de infraestructuras, etc, etc, etc. Realmente sería para el aplauso, desde siempre se habló de incentivar la inversión, la sustentabilidad, la producción de kilos de carne por animal, de salir del novillo liviano. Sin embargo, toda esta intrincadísima maquinaria de beneficios, sabido es que en la Argentina solo funcionan a dedo (recordar subsidios a feedloteros), a la vez los créditos fiscales jamás serán devueltos y toda una maquinaria estatal que desde siempre, utiliza los beneficios a su antojo y contaminada de todo idealismo y amiguismo existente.

 

Principalmente no cabe en ninguna cabeza, que el mismo Estado que extrae el capital abusivamente, lo redistribuye a su antojo, genera desigualdades, destroza rentabilidad, tiene 5 tipos de cambio, etc, etc, con las retenciones como estandarte, pretenda “sanamente” realizar beneficios.

 

No, a mi no me vengan con fuegos artificiales, arranquemos de cero, erradiquemos todas las retenciones al sector y no le den nada, el sector no necesita absolutamente nada de la política para crecer, para generar trabajo, para ingresar divisas, para seguir invirtiendo. O sí, necesita que la política no exista más, que no haya ningún Ministro, que no hayan medidas, que simplemente lo dejen hacer y seguramente, estaremos ante el más glorioso, pujante, creciente y mejorador de toda la economía del país, sin un solo beneficio.

 

Es claro, este gobierno no cree y no quiere al sector privado. O si, solo pretende que todos tengan riesgos, inviertan y que el estado la reparta, como lo hace a diestra y siniestra, castigando a quienes todavía- y no se por que- con paciencia, sostienen este cáncer llamado Argentina.

 

Y no señores, ni la carne, ni el trigo ni el maíz, no son bienes culturales, cada uno de ellos tienen dueño. La cultura es la del trabajo de los que la producen, porque si no hay nadie dispuesto a hacerlo, no habrá saldos ni exportables ni consumibles, ni plan, ni absolutamente nada que repartir. 

 

No hay mucho más para ver, en apenas una semana, el actual Ministro mostró que no vino a cambiar nada, solo vino a profundizarlo envuelto en luces de colores. Sin dudas, son incapaces de aprender nada. 

Escribir comentario

Comentarios: 0