El formador de Lautaro: “Su cabeza superó todos los niveles”

Días pasados entrevistamos al puanense Carlos Quinteros, entrenador de divisiones inferiores del Club Liniers, entidad que entre otros formó futbolistas como Lautaro Martínez. Por estas horas, esa historia que reflejamos al término de la Copa América, la observamos en el diario deportivo "Olé".

En Bahía Blanca, ya hace más de 15 años, un tal Lautaro Martínez daba sus primeros pasos en el fútbol. En el club Liniers, el crack del Inter y de la Selección Argentina vio nacer su pasión por la pelota y hoy, Carlos Quinteros, ex DT y formador del delantero, repasa mano a mano con Olé los comienzos de un chico que revolucionó a toda la ciudad.

 

 

-¿Cuándo lo conociste?

 

-Estoy en el club desde 1977 y en el 93 empecé con la formación. En 28 años sólo falté a trabajar un sábado por una fiesta familiar en mi pueblo. Lautaro llegó con su papá, que había jugado en Villa Mitre, cuando tenía seis o siete años. Es una familia muy buena, son todos muy familieros. Cuando llegó, se lo trató de la misma manera que a todos. Liniers es un club con un prestigio por su trato con los chicos, en la parte humana es una institución modelo. Nosotros tenemos más becados que todos los otros clubes, ha sido toda la vida igual. Siempre nos dijeron que éramos los más ricos de la ciudad pero nada que ver, mantener todo esto ha sido muy duro.

 

 

-¿Y cómo era él?

 

-Cuando debutó en Séptima, con 14 ó 15 años, yo era el coordinador de Juveniles. Él estaba con Néstor Comino y ese año Desideri lo hace debutar en Primera. Siempre fue un chico muy maduro, tenía 12 años y parecía de 14. Estoy convencido de que es un jugador cuya cabeza superó a su técnica. Él quería ser jugador y se mataba, entrenaba todos los días, no había días de descanso.

 

-¿Ya se veía venir lo que iba a ser?

 

-Él no es un nueve nueve, entra al área, sale, rebota y vuelve a entrar. Lo primero que me llamó la atención es que pasaba inadvertido, pero, cuando agarraba la pelota, te rompía el arco. Tenía una categoría muy buena, eran todos amigos entre ellos. Sobresalía porque en algún momento algo iba a hacer. Tenía una capacidad mental que no he visto en tantísimos jugadores en estos 28 años. La cabeza de ese chico superó todos los niveles.

 

 

-¿Alguna anécdota que te acuerdes?

 

-Cuando empezó a jugar en Séptima, yo le decía: “Yo usaba la 10 como vos, quiero que me demuestres que realmente le rompés el arco”. Yo siempre hacía eso, todos bolazos míos, y él me decía: “Carlitos, voy a hacer lo mismo que vos”. Y cumplía. Después venía y me señalaba con el dedo cuando festejaba. Lo chumbaba, y él me decía que iba a hacerse cargo. Y se hacía cargo.

 

Liniers, club en el que además de fútbol masculino se practican otras disciplinas como básquet, vóley, sóftbol, natación, hace poco sumó fútbol femenino y futsal, y en Bahía Blanca destacan la colaboración del jugador del Inter y de la Selección para que la institución pueda seguir en pie.

 

 

-¿Tenés contacto con él hoy en día?

 

-Cuando terminó la Copa América, pasó varios días entrenando acá y estaban todos enloquecidos con él, pero para nosotros es un chico más. Es muy respetuoso. En su momento estuvo más de una hora sacándose fotos con los chicos. Cada vez que viene a Bahía Blanca, se da una vuelta por el club, nos dio mucho para las obras que se están haciendo, nos mandó cuatro cajas de pelotas para los jugadores del club. No se olvida de las raíces. Es un chico bárbaro, siempre está atento a los saludos y le mando mensajes cuando está en Italia.

 

 

Lautaro Martínez en el club Liniers de Bahía Blanca.

 

-¿Qué sentiste cuando ganó la Copa?

 

-Se me puso la piel de gallina, verlo patear el penal caliente con Colombia, verlo con la camiseta de la Selección, verlo besando la Copa América, ha sido, no solo para mí, sino para todo Bahía Blanca... Nos ha dado una satisfacción que no vamos a olvidar mientras vivamos. Siempre digo: Lautaro es el ADN de Liniers. (Olé)

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