Voluntad, a pesar de todo

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

“Cuánto más oscura está la noche, más cerca está el amanecer” me resuena la frase que alguna vez adopté, tras el cierre de exportaciones en pleno congreso de A todo Trigo, allá en pleno primer Kirchnerato. Enrique Erize, reconocido analista, daba las razones de porqué a pesar de eso, el productor debía pensar en sembrar, más allá de las limitaciones que la política anti país, imponía el inexplicable gobierno.

 

Pasaron más de 10 años y el aprendizaje de este tipo de sectores ideológicos ha sido nulo, realmente no han aprendido de uno solo de sus errores, pegándose una y otra vez con las mismas ideas, con los mismos mensajes, con las mismas amenazas. Peor aún, en este caso en particular, el principal problema de los precios al consumo interno, solo caben buscarlo en la inflación que el estado genera, en base a torpezas, a desmanejos, a falta absoluta de conocimiento de “qué debemos hacer” con la economía.

 

Para ejemplo basta ver la carne, cuando se habla de cerrar exportaciones, como si no supieran que el producto más exportado es la vaca de menor calidad, esa que aquí es usada para embutir o menos aún, como si volcar toda esa carne al mercado interno, tuviera utilidad alguna. Nada, desconocimiento en su máxima expresión, o peor aún, filosofía barata, algo que no necesitamos en tiempos de crisis.

 

Por eso, en plena previa de la siembra de la campaña de trigo, hablar de retenciones o hablar de intervenir un mercado, no puede ser leído de otra manera: o total negligencia, o tiranía absoluta, del lado que se lo analice, es propio de un autogolpe de estado, alguien debería desde el gobierno alguna vez, poner un poco de cerebro en los discursos y frenar con “la culpa es de todos ustedes”. Nada, cero autocrítica, cero inteligencia, kirchnerato a la máxima expresión.

 

Pienso en la voluntad, esa fuerza que nos lleva siempre a esperar un día mejor, a que pronto las cosas pueden cambiar, a que habrá un futuro, a que “esto también pasará” y con eso, nos damos impulsos, nos reinventamos, nos convencemos de que vamos a poder, de que llegará el momento en que será una anécdota, donde todo estará bien, donde todos nuestros esfuerzos, valieron la pena.

 

Es triste en todo esto saber que hay una Argentina dispuesta a progresar siempre y cuando a los que les va bien, no les vaya tan bien, es un pensamiento retrógrado, minimalista, inferior, cuando la única solución a nuestros problemas es la inversa, debemos crecer para que todos crezcan, no existe otro camino, quien vende algo diferente, solo vende mentiras a corto plazo, esas que a la política, le sientan cómodas.

 

Hoy hay un amanecer de oportunidades, mercados como pocas veces se han visto, en trigo y en cebada. Oportunidades de crecimiento, con privados impulsando “a pesar del estado”, algo que es triste, pero es real. El mercado de carnes sigue mostrando el camino, con un ganadero en crecimiento, estimulado, con un clima que mal que mal, ha venido acompañando. Solo falta que quienes toman decisiones, simplemente se hagan a un lado, no se los necesita, es claro que la política en la Argentina es anti productiva, con que simplemente no se metan, el campo solo alcanza para llevar este país adelante, a pesar de ellos.

 

Por eso, la voluntad es una fuerza invisible, es la que nos permite apostar por otro día más, y créanme, doy fe, sin ella, no hubiera podido escribir estas líneas.

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