¿Cuándo llega la segunda temporada?

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

Cada vez que necesito buscar una guía, reviso los “Pensamientos” del Padre José María Arizmendiarrieta, un pequeño librito que se da a quienes hemos participado de la denominada “Experiencia Mondragón”, en el País Vasco. Y, precisamente, al referirse a las personas, este cura que produjo una verdadera revolución educativa y cooperativa nos señala que “no se puede practicar la justicia donde se ignora lo que es la dignidad humana”.

 

Y me aferro a este pensamiento de Arizmendiarrieta para hacer despertar a los crédulos de que este Gobierno ha venido para instalar la justicia, la dignidad humana, y que piensa en los más necesitados. Mienten descaradamente, al igual que sus antecesores, que son ellos mismos, y que desconocen el arte de practicar justicia y de llevar dignidad, salvo que sea para con los de su misma condición de ladrones, corruptos, aprovechadores, vendedores de humo izquierdista con giro real a la derecha, odiadores seriales de quienes desean el idioma del diálogo y el consenso.

 

Después de 38 años de democracia, tras la orgía asesina de los años 70 y la noche tenebrosa de la dictadura, el periodista Pablo Rossi, en su libro “Libertad o Barbarie”, nos interpela y nos obliga a preguntarnos: ¿Querían votar, gritar, soñar, opinar, participar, organizarse? ¿Querían ser libres? ¿Libres para qué?

 

Me pregunto ahora y les pregunto: ¿Por qué estamos como estamos? ¿Qué hemos hecho para merecer esta decadencia institucional, económica, educativa y social que nos presenta la realidad como una serie de Nexflit de primera temporada?

 

Vuelvo a la justicia y a la dignidad. Para ello tenemos que preguntarnos qué es la ley. La ley es ese patrimonio de valores compartidos que, respetados por todos, hacen posible en igualdad de condiciones para cada uno y los demás el derecho y el deber. De allí que los países que no se estructuran sobre la base de un concepto de respeto inquebrantable hacia la ley común, desestructuran y diluyen no sólo a los individuos que los integran, sino también sus mecanismos de productividad, de desarrollo en el orden del trabajo tanto como en el de la convivencia.

 

El filósofo Santiago Kovadloff nos recuerda que aprender a pensar es aprender cuál es la relación entre la vida privada y la vida pública. Todo aquel que le de la espalda a los problemas colectivos, para privilegiar los propios, va a cae en una trampa, porque los problemas colectivos van a golpear a su puerta, y si no la abre, le echarán la puerta abajo. Alguien me señaló alguna vez que los náufragos no tienen buenos modales.

 

Nuestro país no ha logrado la transición del autoritarismo a la democracia republicana. Estamos en una encrucijada en la que sabremos prontamente su a la conquista del poder Legislativo y Ejecutivo se suma la conquista del poder Judicial, por parte de un gobierno autocrático. En algunas provincias eso ya se concretó y a nivel nacional todo se encamina hacia ello.

 

Muchos integrantes del actual Gobierno, ignorando la justicia y la dignidad de las personas, están tirando mucho de la cuerda, especulando que la mayoría del pueblo argentino sigue anestesiado y hagan lo que hagan nunca despertarán a la realidad y que, cuando abran los ojos ya será demasiado tarde. ¿Esto será posible? El final de esta serie de terror continúa abierto. ¿Seremos protagonistas de la segunda temporada? ¿Cuál será nuestro protagonismo? ¿Continuaremos anestesiados o iremos a golpear la puerta de quienes nos gobiernan?

Escribir comentario

Comentarios: 0