La mirada del tiempo

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Un amigo me preguntó al pasar, “cómo vamos a envejecer? cómo te imaginás llegar a ese momento?”, una pregunta que lógicamente me llenó de interrogantes, con respuestas que solo el camino podrá otorgarme.

 

Sin embargo en la calma del pensamiento lo primero que entendí es que nada es casual, más allá de lo que la vida nos depara en cuestiones de salud, somos de cierta manera el camino de un cultivo, el lógico resultado de una siembra y un crecimiento que debe realizarse a lo largo de los días.

 

“La pasión está asegurada” me repetí a mi mismo, encontrando en ello el poder necesario para enfrentar lo que viene, mientras ese motor funcione el correr los días no debería incomodarnos, no tiene edades, no tiene vencimiento, solo el que nosotros estemos dispuestos a entregarle. Por eso es tan importante no dejarse vencer por la diaria, no regalar los sueños más allá de nuestros tiempos, sin dudas ese tiene que ser un rumbo que jamás deberíamos perder.

 

Cuando pienso en la vida, pienso siempre en mi vieja, esas personas dispuestas siempre a “aprender un poco más”, como si la escuela, la universidad, el diploma que nos dan los hijos, no tengan necesariamente que tener una graduación, el “yo no puedo cambiar” es la lápida más asegurada que un ser humano puede tener. Y allí tal vez, nacen los primeros problemas, esa experiencia que nos nubla, que no nos deja abrir hacia nuestra “mente de principiante”, como le llaman los grandes maestros a la capacidad de que cada cosa, de que cada día, de que cada situación, debe ser iniciada como una nueva visión, justamente como una nueva experiencia.

 

Veo a diario fracasar padres con sus relaciones con sus hijos, por no entender que es absolutamente necesario dejar que ellos se equivoquen, que decidan, que como padres podemos indicarles los peligros del camino, pero no podemos evitar que tropiecen, porque en esas caídas está lo más valioso del aprendizaje. Llegar a viejos con hijos que aprendieron y agradezcan esas propias decisiones tomadas, es asegurarnos también nuestro futuro en aquellos días por llegar. No hay nada más ingrato que ver como no dejamos el lugar que otros deben ocupar, dejandolos tal vez volar más alto que lo que nosotros pudiéramos. “Un buen maestro es aquel cuyo alumno puede superar los logros enseñados”, recuerda un viejo dicho.

 

“Estoy viejo, pero soy feliz” asegura Cat Steven en su letra de Father and son, asegurándole a su hijo, que todo va a estar bien, que la vida es simple, que no es todo tan complicado como parece.

 

Por eso mi querido amigo, tras reflexionar en tu pregunta, no tengo la respuesta asegurada, pero tengo claro que un tipo como vos, lleno de sueños locos, aferrado a una pasión por el campo como pocas veces he visto, dotado de una capacidad diferente a la hora de entender, de aprender, de progresar, dispuesto siempre a dar todo por ir tras esos ideales y sobre todas las cosas, despertar, vivir y anochecer mirando el horizonte como tanto te gusta hacerlo, no importará de qué manera llegues a viejo, simplemente llegarás habiendo sido fiel en cada momento a tu propia vida y con eso, tus días ya están asegurados.

 

Como vamos a envejecer? Qué importa, lo único que deberás saber es que lo hiciste sintiendo en cada instante, la vida no tiene más secreto, que vivirla intensamente.  

Escribir comentario

Comentarios: 0