La estupidez y la corrupción al poder

Por José Luis Ibaldi - Mañanas de Campo

En nuestro país, lo que toca la política se bastardea. Desde que barajamos y dimos de nuevo en 1983, la política no ha sido capaz de construir espacios institucionales basados en la confianza y en la transparencia. ¿De qué sirve que un dirigente político o alguien a quien no le tenemos confianza se proponga llevar a cabo una solución? Perder el valor de la confianza es diluir el capital más preciado que puede tener un ser humano.

 

De tanto vivir marginalmente, muchos políticos se han acostumbrado a que sea el espacio natural de sus vidas. Es más, ganan poder sobre la mentira y se la terminan creyendo. Quizás de mucho hablar de pobreza y de ver pobres a pocos kilómetros de la casa de Gobierno o del Congreso se han acostumbrado tanto que hoy hacen parte del discurso político llenándose la boca de ello, aunque después en los hechos utilicen esta condición y no hagan nada por reducirla.

 

Cada año transcurrido desde el reinicio de la democracia y hasta nuestros días ha sido un devenir de delitos de corrupción y hasta crímenes que se vienen dando en la política y de los cuales la Justicia mantiene sus causas olvidadas o deambulando por los vericuetos y pasillos de Tribunales, por miedo o encubrimiento manifiesto. Y, lo peor de todo es que una parte de la población viene enamorándose de sus captores.

 

Otro fenómeno que ya es parte del folklore es que desde el 2003 vivimos ideologizando todo. La historia, la educación, la salud, la economía, la tenencia de la tierra, el cultivo de la soja, los pobres, la inseguridad, la Justicia, la condición de productor agropecuario, la vacuna contra el Covid-19, la cuarentena, y ahora… ¡Válgame Dios!!!, la menstruación, que ha quedado degradada y puesta en burla en las redes sociales, luego que la diputada del Frente de Todos, Daniela Vilar, presentara un proyecto de ley para impulsar un “Plan Nacional de Gestión Menstrual Sustentable”, donde uno de los objetivos de la propuesta es la creación de un “Observatorio”.

 

Realmente, me encontraron con la guardia baja. Me asombró tanta “inteligencia” puesta para el cuidado de la gestión del ciclo biológico femenino. Hasta se me cayeron unas lágrimas… de vergüenza.         

 

No soy el único. Un analista y consultor económico, cuestionó a la legisladora, con mucha altura. “Estimada Diputada: tenemos el 50% de pobres, desocupados por doquier, una inflación que está a punto de descontrolarse definitivamente, una inseguridad que mata todos los días y usurpaciones de tierras a lo largo y ancho del país. ¿No tiene nada mejor para aportar?”.

 

En síntesis, ¡La estupidez y la corrupción al poder!

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