Creer en uno mismo, la verdadera transformación

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Los días que corren están signados por la incertidumbre, en este verdadero huracán de desmanejos, entre pandemia, torpezas, ideología barata, destrucción de la justicia y cuantos etcéteras imaginemos, van haciendo de este inviable día a día, la tormenta perfecta para que este maltrecho país, llegue a su fondo.

 

Casualmente estos días por cuestiones de la vida, alguien me preguntó las razones por las cuales, a veces me costaba imaginar mi futuro. Tal vez, el círculo vicioso de ver cómo cada cuatro o cinco años, tendemos a apretar el “botón rojo” de autodestruirnos, fuera una de las causales por las cuales me siento un poco más seguro, navegando el día tras día y no mirando tan lejos en el almanaque.

 

Por eso con la cabeza puesta en ese pensamiento, por un momento miré a los productores y entendí el concepto de lo que significa “creer”, algo que no tiene que ver únicamente con la fe en su sentido religioso sino más bien, en tener convicción de lo que uno hace- seguir pasiones, estar arraigado a las propias tradiciones- entender que las fortalezas nacen en uno mismo y que el resto, es parte del todo, es el combo del clima, la política, los desgobiernos, los mercados, los yerros de economistas, las mentes estrechas, las malas decisiones, etc, etc, pero todo puede ser alineado, si se cree verdaderamente en lo que uno hace.

 

Muchos seguimos asombrados de lo que ocurre por estos días con los vientres en los diferentes remates. Valores que tal vez pocos imaginaron, donde ya es posible ver algún lote preñado, rozando los mil dólares. Qué explicación merece? Creer en lo que uno hace!! No existe otra cosa!! Invertir en un país donde todos sacan y pocos ponen, comprar un valor que tiene el riesgo biológico y en muchos casos, faltan meses para ver el producto final de esa parición, no cabe otra explicación de que esta gente, es gente con verdaderas convicciones por lo que están haciendo. Misma cuestión, a la hora de los toros, un producto que será amortizado, por lo menos en los próximos cuatro años! Qué ven los que invierten que otros no? Se ven a sí mismos, otra explicación, no cabe.

 

En el otro rubro, mientras La Niña y su amenaza seca se expanden en los pronósticos, la urea para el trigo está vendida, la precampaña de maíz agotada, la soja siempre es la soja y muchos miran girasol y sorgo, como mercados siempre disponibles. Pero….y si no llueve? Y si las tormentas de piedra de agosto se repiten? Y si viene una helada tardía? Y si el soplete se queda con todo allá en Diciembre? No hay agronomía, no hay clima, no hay política, ni mercado que pare la convicción de quien hace lo que sabe hacer, de quien disfruta con pasión lo que cada día está dispuesto a creer que puede cosechar, no me caben dudas, es el corazón puesto en conocimientos, de lo que nada ni nadie puede arrebatarte, te vaya bien o te vaya mal, diste y pusiste todo para que ocurra, es muy difícil que el final pueda encontrarte, sin haber ganado.

 

Tal vez en esa palabra llamada “transformación” haya algo más que un cambio de pensamiento, lo que verdaderamente deberíamos entender es que cualquier cambio empieza muy dentro de cada uno de nosotros, va más allá de lo que pase a nuestro alrededor, es volver a entender de que sin creer en lo que hacemos y cómo lo hacemos, lo que ocurra en el futuro solo puede ser dispuesto por nosotros mismos.

 

La enseñanza del futuro, es entender a un productor, el resto, es como querer soñar despiertos y soñar, necesariamente es creer más que nunca, en uno mismo.

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