Por ahora, hablar no cuesta nada

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Los motivos del estancamiento de nuestro país no nacieron durante esta pandemia. Son mucho más profundos, están arraigados en ideales políticos cuyo verdadero horizonte, es claramente la pobreza. No cabe otro razonamiento, no hay manera de entender cómo suelen ver y analizar, el concepto productivo. Lo que fue, es y será siempre nuestra mayor fortaleza, es el desvelo político por derrumbarla, ejemplos sobran.

 

Este gobierno transpira en todos los poros, su desprecio por lo productivo, pero no duda en saquearlo, cada vez que tiene la oportunidad. Basta por ejemplo jamás haber escuchado al señor Alberto Fernández –lo pongo con un interrogante, ¿presidente?- repudiar enérgicamente las roturas de silo bolsa en toda el territorio nacional. Jamás, se puede hablar de cientos de estupideces en las aburridas y pseudocatedráticas cadenas nacionales, pero de la verdadera seguridad agroalimentaria, no se habla.

 

Claro, es difícil para este gobierno hablar de seguridad, porque hay una mezcla bastante impresentable de sus propios ministros. Por un lado, Berni viraliza videos haciendo flexiones de brazos y con una ametralladora en la mano, mientras que Frederic, la Ministro de Seguridad, aduce que la toma de tierras, no es un problema de seguridad. Habría que explicarle que existen una serie de escritos relativamente interesantes, que hablan de propiedad privada, usurpación, etc, y hasta figuran en algún código, de ninguna manera le vamos a pedir que se instruya en constituciones nacionales o códigos penales, no son propios de un funcionario público, que no tiene tiempo para esas cuestiones ciudadanas.

 

Qué decir del pobre Basterra, pocas veces se ha visto un “dibujado” más importante dentro de una cartera que ni administra, ni regula, ni toma decisión alguna, debatiéndose con todas estas temáticas, sabedor que cada palabra que pronuncie, puede ser la firma inmediata de su renuncia sin que nadie de un lado o del otro del mostrador, vaya a lamentarlo demasiado.

 

Si en carteras hiciera falta alguien realmente impresentable, para eso existe el Javier Preciado Patiño, subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura, que durante un encuentro esta semana “dijo que las exportaciones están estancadas desde hace 8 o 10 años y no es que se está en una tendencia de crecimiento. Si empezamos por el complejo soja, no se pasa de las 50 o 60 millones de toneladas. Si con lo que tenemos sembrado, nosotros pudiéramos sacarle todo el jugo en rendimiento, estaríamos por arriba de 70 millones y estaríamos con más harina, aceite, biodiésel y porotos exportados", dijo muy suelto de cuerpo, como si el gobierno alentara de alguna manera, bajando retenciones, exigiendo fertilización, reduciendo impuestos o algo poco probable, otorgando alguna línea de crédito para quienes producen. Para no quedar atrás con sus limitaciones mentales, remató, “este 74% de participación de parte del sector agrícola (en las ventas totales del país) no es una buena noticia. Esto significa que se han caído las exportaciones del tipo industrial y energía. Quisiéramos que fuera una torta enormemente más grande, pero tenemos que crecer de forma armónica, si no estamos dependiendo de una sola cadena agroalimentaria", apuntó el funcionario.

 

Hay una sola respuesta, para toda esta línea de pensamiento, que vive gracias al campo, que existe gracias a la exportación agropecuaria y que no desaparece por un único motivo: todavía los productores siguen produciendo y no se hartaron, de tantos idiotas que hablan porque aún este gobierno, no decidió prohibir la libertad de palabra. Aprovechemos, tal vez no falte tanto….

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