Un listado innegociable

Por Carlos Bodanza - Mañanas de Campo

Es una mezcla difícil, un sinfín de emociones, combinado con frustraciones, encierro, desencantos y la permanente sensación de injusticia, pega lentamente como un goteo constante, que retumba en la cabeza desde que amanecemos hasta que volvemos a cerrar los ojos.

 

Nadie tiene una fórmula para atravesar tempestades, de hecho cuando profundizamos en aquellas mentes más abiertas, el consejo repetido es relajarse y que “el río te lleve”, esforzarse frente a la corriente, es generalmente la peor de las decisiones en una etapa donde queda mucho por recorrer y la fuerza es muy superior, momentos donde quizás hay que confiar en los instintos, en entender que tarde o temprano el verdadero cauce reaparecerá y la corriente definitivamente nos llevará a buen destino.

 

Esa es al menos en pocas palabras, la sensación del momento que atravieso en lo personal en cuanto a lo que siento en materia política, dirigencial, social y de justicia de esta Argentina errante y con un futuro negro en el horizonte, solamente el autismo podría hacernos imaginar otra cosa.

 

Este país que pasa del blanco y negro de un día para el otro, es capaz de votar pensando en el pasado, salir a bocinazos al otro día defendiendo una empresa privada en quiebra, dar banderazos por libertad mientras la justicia próximamente liberará al mayor ejemplo de corrupción de la historia de nuestra patria y un gobierno que se debate en sí mismo, por defender convicciones que retrasan mil años, enfrentar una pandemia sin la menor idea sanitaria y con una crisis económica, que dejará subrayado en los libros de historia, como la debacle más importante que jamás nuestro país haya vivido. Todo esto, en apenas 6 meses, el vértigo en primera persona.

 

Por casa las cosas no están mucho mejores, a la docena de mensajes diarios contando distintas realidades, la comparación siempre es odiosa, cuando vemos como el “paisito” vecino, con buenas decisiones sanitarias, con políticos que son tan políticos como los nuestros, pero ajustan sus dietas para que no las ajuste el pueblo, con costumbres Argentinas pero sin la bipolaridad de nuestra raza, la mirada con nostalgia pone a más de uno soñando con un “buque bus” que lo libere de tanto desconcierto patrio.

 

Cómo salimos de esto? Cómo cortamos este eterno círculo de autodestrucción pasando de un gobierno que promete cambios sin cambiar una coma, a otro que promete jamás cambiar nada y morir con las botas puestas, donde moriremos todos mientras ellos se enriquecen? Difícil el brete no?

 

La única verdad es que las fórmulas repetidas son un simple “dejavú”, que nos ponen una y otra vez en el mismo sitio, con muchos diciendo que “en política no me meto” y otros, soñando con la política, para poder meterse todo lo posible en los bolsillos.

 

Hay una grieta, gigante, imposible de zanjar en lo cultural, en lo social pero sobre todas las cosas, en las intenciones. Un costado del país, empuja a que muchos dejen mucho, para que otros tengan un poco más, pero sin poner nada. Ese mismo costado, quiere más impuestos, más subsidios, más votos, menos justicia y en lo posible, que todos sean derechos.

 

Hablar de cerrar la grieta, es lo más hipócrita que podemos pretender, al menos de mi parte, no hay manera de acercarme en ese facilismo. Me interesa un solo país: el que roba va preso y si es corrupto y funcionario, más preso todavía. El que no labura ni quiere hacerlo, no lo quiero mantener. Los impuestos, los quiero pagar para que me los devuelvan con cosas que puede ver, que puedo usar, que tengo el derecho de habérmelo ganado. Quiero un país con obligaciones, para luego si, disfrutar de mis derechos. Los subsidios, son para quienes con su trabajo, puedan aportar algo, al igual que los créditos, para quienes busquen progresar hacia un país más grande. Y por último, los votos no pueden ser ni comprados, ni con un listado inundado de inútiles y acomodados, quiero poder elegir uno por uno.

 

Grieta? Yo estuve y estoy siempre en el mismo lado, el listado es mínimo e innegociable, el otro país, se los regalo. Seguramente sin los de este lado que somos quienes lo mantenemos, les va a durar muy poco. Cuando lo rompan, entenderán que la grieta, la construyeron de un solo lado.

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